Cuánto tarda en curarse una quemadura

Existen cuatro grados de quemaduras y su tratamiento varía en función de su profundidad y gravedad

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Una mujer con una quemadura (Freepik)
Una mujer con una quemadura (Freepik)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define una quemadura como una lesión en la piel u otro tejido orgánico causada principalmente por el calor o debida a la radiación, la radiactividad, la electricidad, la fricción o el contacto con sustancias químicas.

Las quemaduras se clasifican en cuatro grados distintos, dependiendo del grado de afectación y profundidad. Las de primer grado son aquellas que afectan a la capa más superficial de la piel y son aquellas provocadas por factores como la luz solar. Solo afecta las capas más superficiales de la piel y no suelen requerir una intervención médica. Por el contrario, las de cuatro grado, incluso, pueden poner en jaque la vida de aquellos que las han sufrido, conforme detalla el Hospital Universitario de Getafe en su página web.

Quemaduras de primer grado

En caso de que la lesión solo afecte la parte más superficial de la piel o epidermis”, las quemaduras son de primer grado o quemaduras epidérmicas. Como tratamiento, solo requieren mantener la zona afectada hidratada, con una crema hidratante normal es suficiente. Para aliviar el dolor, se puede utilizar una crema con corticoides durante 48 horas, tomar analgésicos y evitar en la medida de lo posible el roce con ropa áspera.

Una quemadura solar en una imagen de archivo. (Infobae)
Una quemadura solar en una imagen de archivo. (Infobae)

Quemaduras de segundo grado

Si tenemos afectadas dos capas (la epidermis y la dermis) las quemaduras son de segundo grado, y dentro de estas hay quemaduras de grado IIA, grado IIAB y grado IIB, según la profundidad de la dermis que se quema. También se denominan respectivamente quemaduras dérmicas superficiales, intermedias y profundas. Estos tres tipos de quemaduras son diferentes en sus síntomas, gravedad, necesidades de tratamiento, capacidad para ocasionar secuelas, etc.

Los síntomas delas quemaduras de segundo grado superficiales (grado IIA) son: la formación de ampollas de color rojo, muy exudativas y muy dolorosas. Con el paso de las horas tras la quemadura se produce un edema (hinchazón) en la zona quemada. Según detalla la web del hospital citado, en estas quemaduras todavía quedan muchas células madre vivas que van a poder regenerar la piel. “Son quemaduras que curan por regeneración,  al quedar muchas células madre vivas, habitualmente entre 10 y 15 días”, indican. Bastará con que se realicen curas cada cierto tiempo para que curen sin dejar secuelas.

Una quemadura de segundo grado intermedio (grado IIAB) afecta a una parte más profunda de la piel que las anteriores, en concreto a la dermis papilar y a la dermis reticular. En este caso, se pueden formar ampollas, son de color rojo con áreas blanquecinas, exudativas, dolorosas y producen hinchazón en la zona quemada. Además, deben ser vigiladas por el médico, ya que pueden evolucionar a una quemadura de grado IIA y curar con cuidados locales (curas periódicas) en un tiempo menor de tres semanas, o, por el contrario, pueden profundizarse y convertirse en quemaduras de grado IIB y necesitar otro tratamiento, incluida la cirugía.

Por último, la quemadura de segundo grado profundo (grado IIB o dérmica profunda). Estas afectaciones se caracterizan porque son blancas, no tienen ampollas, ni líquido y duelen poco. Estas quemaduras pueden curar por cicatrización si son pequeñas, pero quedará una cicatriz importante y si está en determinadas áreas de la piel, incluyendo las manos, cara, cuello, articulaciones o genitales. Puede ocasionar secuelas estéticas y/o limitación de los movimientos u otras alteraciones funcionales.

Una intervención quirúrgica (Shutterstock)
Una intervención quirúrgica (Shutterstock)

Quemaduras de tercer grado

Son quemaduras que afectan a la epidermis y a toda la dermis. La superficie afectada se queda dura y el color puede ser blanco, marrón o negruzco, no hay ampollas, ni líquido y no duelen.

El tratamiento en estos casos suele ser la cirugía. Esta intervención cuenta con dos procesos, por un lado, se eliminan los tejidos quemados desvitalizados y, por otro, se cubre la herida que queda con un injerto de piel sana. Ese trozo de piel se coge de otra parte del cuerpo del paciente, denominada zona donante y se trata de una capa fina de piel que tiene la epidermis y parte de la dermis y que permite dos cosas:

Eliminar la quemadura puede ser fácil en los casos en los que la quemadura no llega a la grasa (en las quemaduras de segundo grado), o puede ser muy complicada en quemaduras graves (p.ej.: las que se producen en una quemadura eléctrica por alto voltaje de grado IV y en la que se ven afectando tendones, músculos, etc.).

En este caso, la recuperación es lenta. Pueden pasar desde semanas hasta meses para que las zonas afectadas puedan recuperar la movilidad y se pueda volver a hacer vida normal.

Quemaduras de cuarto grado

Son quemaduras que afectan a todas las capas de la piel y a tejidos profundos: tendones, músculos, vasos sanguíneos, nervios, etc. Se trata de lesiones muy graves, con tejidos carbonizados. El ejemplo más común en este caso es la quemadura que produce la electricidad. Tienen que ser tratadas en un centro especializado en quemaduras. Necesitan ser operadas con intervenciones complejas en las que no suele ser suficiente el uso de injertos de piel. En ocasiones provocan la pérdida de los tejidos afectados dando lugar a amputaciones.

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