El melón y la sandía son dos de los alimentos estrella del verano. Pero en esta lista no pueden faltar las cerezas, esa pequeña delicia que le gusta a casi cualquier paladar y que ofrece una gran versatilidad y, con ello, la posibilidad de incluirla en multitud de recetas. Y es que desde mediados del pasado mes de abril y hasta el próximo julio, es la temporada de esta fruta que llegó a Europa en la antigua Mesopotamia y que es ya un básico en la gastronomía de España. Pero lo cierto es que no todas son iguales: hay una región donde se cultivan las mejores.
Desde hace semanas, las fruterías de todo el país están invadidas por las cerezas, entre otros productos. Esta fruta se produce y comercializa en distintas partes de España, cada una de las cuales guarda su propia historia y características, en función del clima, la orografía y las tecnologías que se aplican. Por ello, el mapa del cerezo es muy extenso y, durante cuatro meses, este fruto decora un sinfín de paisajes.
Su forma redonda, su pequeño tamaño y su color rojo (por lo habitual), hacen que las cerezas sean una de las frutas más llamativas. A ello contribuyente también su intenso sabor y, por supuesto, el poder utilizarlas en todo tipo de platos, tanto dulces, como salados. Están repletas de nutrientes, vitaminas y minerales, por lo que son ideales para elaboraciones como mermeladas, confituras, tartas, salsas o incluso bebidas y licores.
De donde son las mejores cerezas de España
España es conocida por su variada producción de cerezas. A principios de marzo, el Valle del Jerte en Extremadura se ilumina con la floración de cerezos. Sin embargo, esta no es la única área destacada en el cultivo. Así, Navarra también tiene una prominente producción, especialmente en el Valle de Euchauri y en el pequeño pueblo de Ciriza. En el norte, la localidad de Covarrubias y el Valle de Las Caderechas en Burgos, no solo se dedican al cultivo, sino que celebran una fiesta en honor a las cerezas a mediados de julio.
Azabal, en la provincia de Cáceres, es otro punto notable en la recolección de cerezas, a pesar de su tamaño reducido, con solo 400 habitantes. Este pequeño pueblo, ubicado a una hora del Valle del Jerte, también contribuye significativamente a la producción local. Pero es la Agrupación de Cooperativas Valle del Jerte uno de los mayores comercializadores de cerezas en Europa. En esta zona, la orografía impide la mecanización, por lo que la recolección sigue siendo artesanal. No obstante, la selección de las cerezas se ha modernizado para asegurar su calidad. Los principales mercados de exportación son Reino Unido y Emiratos Árabes.
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Incluso en Alicante, en el Valle de la Gallinera, se pueden encontrar cultivos de cerezos en sus elevadas montañas. La región de Cataluña también tiene una tradición de cultivo bien marcada. En San Climent de Llobregat, Santa Coloma de Cervelló y Torrelles se cultivaron cerezos tras la plaga de filoxera que afectó a los viñedos en 1879.
Pero es Aragón la comunidad autónoma con mayor producción de cerezas del país. Esta se divide en dos áreas distintas: una de secano, con cerezas destinadas a la industria, y otra de regadío, con variedades como la lapins de gran calibre. Estos frutos suelen madurar antes debido a las favorables condiciones climáticas, alcanzando altos precios en el mercado.
Cuál es la diferencia entre las cerezas y las picotas
En esta temporada surge también la eterna duda: ¿cómo se diferencian las cerezas de las picotas? Y la respuesta es sencilla: aunque son similares, presentan diferencias notables. Las cerezas son más redondas y suelen tener un color rojo vivo. Se caracterizan por ser dulces y jugosas, con una textura firme. Tienen un tallo adherido cuando se comercializan.
Las picotas, en cambio, son un tipo específico de cereza originaria del Valle del Jerte. No tienen tallo, ya que este se desprende naturalmente cuando se recolectan. Su pulpa es más densa y menos acuosa comparada con la de las cerezas comunes. La piel es más oscura, casi negra, y su sabor tiende a ser más intenso.
Tanto las cerezas como las picotas ofrecen beneficios nutricionales, como vitamina C, antioxidantes y fibra. Sin embargo, la elección entre una u otra depende del gusto personal y del tipo de utilización culinaria que se le quiera dar.