El Gobierno se pone en alerta para prevenir la irrupción de la xilacina, un sedante para mascotas que se mezcla con la heroína y el fentanilo

“Aunque no haya indicios de presencia de xilacina en el mercado ilegal de drogas en España, y ante las posibilidades reales de que suceda en el futuro, se siguen constantemente los indicadores y las alertas, y se trabaja de forma anticipatoria ante un cambio potencial en el mercado ilícito de drogas”. Estas afirmaciones se desprenden de la respuesta escrita del Gobierno a una pregunta parlamentaria sobre el número de personas que consumen xilacina en España, un sedante para animales que se mezcla con otras sustancias y cuya expansión se ha alertado ya en Estados Unidos y Reino Unido.

Pero, ¿qué es la xilacina? Es un medicamento comercializado exclusivamente para uso veterinario, es decir, para relajar o sedar a los animales. En marzo del año pasado, el Gobierno de Estados Unidos restringió las importaciones de este tranquilizante para bovinos, equinos, perros y gatos por su relación con multitud de casos de sobredosis en seres humanos. Y es que las autoridades sanitarias avisaron sobre la mezcla de este sedante animal con otro tipo de drogas. El fármaco, que no está aprobado para su uso en humanos, se ha identificado principalmente en combinación con heroína y fentanilo, ya que potencia los efectos.

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“Se detecta cada vez más en el suministro de drogas ilícitas y en la sobredosis de drogas en humanos”, subrayó entonces la Administración de Drogas y Alimentos estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés) en un comunicado recogido por Europa Press. “Por lo tanto, en un esfuerzo por proteger la salud pública y salvaguardar contra el uso inseguro no veterinario, la FDA emite esta alerta de importación para medicamentos que contienen xilacina”, añadió la misiva.

Pese a estas advertencias en medio de una crisis de los opiáceos en EEUU, un estudio publicado en abril por la revista científica Adicction reveló que la xilacina está ya extendida en el mercado ilegal de drogas de Reino Unido. A raíz de la muerte de un hombre de 43 años de Solihull, West Midlands, en mayo de 2022, los investigadores comenzaron a trabajar con los laboratorios de toxicología para detectarla entre las muestras biológicas que recibían. El resultado fue la presencia de esta sustancia en 16 personas durante el verano del año pasado, 11 de las cuales murieron.

Ante estos avisos, varios diputados de Vox elevaron el pasado mes de abril una pregunta escrita al Gobierno de España sobre esta cuestión: “¿Es conocedor el Gobierno del número de personas que consumen xilacina en España? ¿Prevé adoptar el Gobierno alguna medida dirigida a prevenir el tráfico y el consumo humano de esta sustancia en nuestro país? En caso afirmativo, ¿cuál?”, cuestionaron.

Según la respuesta del Ejecutivo, fechada el 16 de mayo, “la sustancia xilacina está siendo monitorizada en el Sistema de Alerta Temprana de la Unión Europea (Early Warning System). A través del Sistema Español de Alerta Temprana (SEAT), se establece una estrecha vigilancia sobre la aparición dentro del territorio nacional de cualquier nueva sustancia. En la actualidad, no existen datos que avalen la idea de una presencia en el mercado ilegal de este tipo de droga en nuestro país”, afirma la respuesta escrita.

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Asimismo, a tenor de las encuestas domiciliarias y los diferentes indicadores de información sobre los problemas relacionados con las drogas, elaborados por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, “tampoco identifican la sustancia xilacina”.

“En consecuencia, la inexistencia de datos en España y la necesidad de métodos analíticos poco comunes pueden dificultar la detección de xilacina en intoxicaciones de opioides”, reconoce el Ejecutivo. Además, detalla que el consumo humano de esta sustancia puede realizarse por vía oral, inyectada o esnifada. “El consumo conjunto de fentanilo con xilacina incrementa el riesgo de intoxicación grave y, al no tratarse de un opioide, su efecto no revierte con naxolona, lo cual dificulta su manejo en urgencias”.

Ante la gravedad del caso y las posibilidades “reales” de que esta sustancia prolifere en el mercado ilegal de drogas español, el Gobierno garantiza que trabaja para evitar este escenario. Todo ello, insiste, a pesar de “no haya indicios de presencia de xilacina en el mercado ilegal de drogas en España”, remata la respuesta parlamentaria.