Los síntomas que comparten y diferencian a la esclerosis múltiple y la ELA

Ambas son enfermedades neurodegenerativas que dañan el sistema nervioso, aunque se diferencian en varios síntomas

Un fisioterapeuta atiende a un paciente (Shutterstock)

La esclerosis múltiple (EM) y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) son dos enfermedades neurodegenerativas que afectan el sistema nervioso, pero lo hacen de maneras diferentes y tienen síntomas específicos que las distinguen. Ambas condiciones presentan una serie de síntomas neurológicos que pueden coincidir en algunos aspectos, pero su etiología y manifestaciones clínicas varían significativamente, de acuerdo con la Clínica Mayo.

Síntomas de la Esclerosis Múltiple (EM)

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune en la cual el sistema inmunitario ataca la mielina, la sustancia que recubre y protege las fibras nerviosas del sistema nervioso central. Esto interfiere con la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo.

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  • Problemas de visión. Uno de los primeros síntomas comunes es la neuritis óptica, que puede causar visión borrosa, doble o pérdida de visión en un ojo.
  • Fatiga. Una fatiga severa que no se alivia con el descanso es común entre los pacientes.
  • Debilidad muscular. La debilidad en una o más extremidades es frecuente, a menudo con una distribución asimétrica.
  • Problemas de coordinación y equilibrio. Los pacientes pueden experimentar dificultad para caminar, temblores y falta de coordinación.
  • Espasticidad. Rigidez y espasmos musculares, especialmente en las piernas.
  • Dolor. Dolor neuropático o dolor muscular debido a la espasticidad.
  • Parestesia. Sensaciones anormales como hormigueo, entumecimiento o sensaciones de ardor.

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Síntomas de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA)

La ELA, también conocida como enfermedad de Lou Gehrig, es una enfermedad que afecta las neuronas motoras tanto en el cerebro como en la médula espinal. Esto lleva a una degeneración progresiva de los músculos voluntarios.

  • Debilidad muscular. La debilidad en las extremidades, manos o pies, que eventualmente se extiende a otros músculos del cuerpo.
  • Atrofia muscular. Pérdida de masa muscular debido a la degeneración de las neuronas motoras.
  • Fasciculaciones. Espasmos musculares visibles debajo de la piel.
  • Dificultad para hablar y tragar. Disartria, que puede progresar a la pérdida completa del habla; y disfagia, que puede llevar a problemas de desnutrición y aspiración.
  • Problemas respiratorios. A medida que los músculos respiratorios se debilitan, la dificultad para respirar puede llegar a ser crítica, requiriendo ventilación asistida.
  • Calambres musculares. Calambres dolorosos y espasmos.
  • Reflejos exagerados. Hipertonía y clonus, reflejos anormales debido a la pérdida de control inhibitorio por parte del cerebro.
  • Cambios en la voz. La voz puede volverse más nasal o ronca.
Imágenes del Centro Especializado de Atención Diurna para la ELA del Hospital Isabel Cendal (Comunidad de Madrid/X)

Similitudes y diferencias de la EM y la ELA

Entre los síntomas comunes comparten la debilidad muscular, pues ambas condiciones pueden comenzar con debilidad en las extremidades, pero en la EM, esto puede ser episódico y a menudo asimétrico, mientras que en la ELA tiende a ser progresiva y simétrica. Además, aunque por diferentes mecanismos, ambas enfermedades pueden afectar la movilidad. En la EM, la desmielinización afecta la coordinación, mientras que en la ELA, la pérdida de neuronas motoras lleva a la atrofia muscular. La rigidez y espasmos musculares son también comunes en ambas condiciones.

Entre sus diferencias claves se encuentran los problemas visuales y sensitivos, característicos de la EM y raros en la ELA. La EM puede causar visión borrosa, dolor ocular y sensaciones anormales, mientras que la ELA no afecta directamente la visión o causa síntomas sensoriales. Por otra parte, las dificultades del habla y la deglución son síntomas tempranos y prominentes en la ELA debido a la afectación de los músculos bulbares, mientras que en la EM, si ocurren, suelen ser tardíos y menos graves.

En la ELA, la debilidad de los músculos respiratorios es una causa principal de mortalidad, mientras que En la EM los problemas respiratorios son raros y generalmente no son una causa directa de muerte. Así, la EM tiene un curso impredecible con exacerbaciones y remisiones, mientras que la ELA es progresiva y generalmente más rápida en su evolución.

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