8 de mayo. Control de seguridad de la terminal 2 del aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat. Un pasajero sufre de repente un desmayo y cae fulminado al suelo. Está sufriendo un infarto. Un vigilante de seguridad ve lo que pasa y alerta rápidamente a dos agentes de la Guardia Civil que se encuentran cerca. Uno de ellos se tumba junto al viajero, que ha sufrido una parada cardiorrespiratoria y echa algo de espuma por la boca, mientras su compañero avisa por radio a los servicios de emergencia. El guardia que le atiende, que encima está de prácticas, empieza a hacerle maniobras de reanimación. Lo consigue. El infartado logra recuperar el pulso y la respiración. Después es trasladado al Hospital de Bellvitge.
El pasajero en cuestión tuvo suerte. No solo porque le atendieron rápidamente dos agentes de la Benemérita que tenían conocimientos de primeros auxilios, sino porque tenía más posibilidades de salvarse porque este aeropuerto catalán es uno de pocos de la red de AENA que tiene servicio médico propio, en las mismas instalaciones. Lo que en cierta lógica permite una actuación sanitaria más rápida si es necesaria. ¿Qué hubiera pasado, por ejemplo, si este mismo viajero hubiera sufrido este percance de salud en el aeropuerto de San Sebastián? Allí no hay servicio médico. Porque solo doce de los 48 aeropuertos de AENA cuenta con médicos y enfermeros, el 25% del total.
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Estos datos figuran en una respuesta parlamentaria que el Gobierno ha enviado al diputado de Eh Bildu Jon Iñarritu, que quiso conocer cuál es el personal médico con el que cuentan los aeropuertos del Estado y en cuántos de ellos se ha eliminado este servicio en los últimos años. Solo obtuvo contestación a la primera de sus dudas. El número de empleados “del servicio médico pertenecientes a la plantilla de AENA, a fecha 31 de enero de 2024, asciende a 29 médicos y 45 enfermeros, ubicados en los aeropuertos de Adolfo Suárez Madrid-Barajas, Jerez, Málaga-Costa del Sol, Palma de Mallorca, Sevilla, Tenerife Sur, Valencia, Vitoria, FGL Granada-Jaén, Barcelona-El Prat, Alicante-Elche Miguel Hernández y Santiago-Rosalía de Castro”.
Aena asegura que distribuye este personal en función “de la política sanitaria de la compañía. El compromiso con el pasajero y el ciudadano siempre es velar por su seguridad e integridad, cumpliendo con la normativa aplicable, incluyendo la legislación de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) de carácter internacional en materia de asistencia sanitaria aeroportuaria, tanto en lo relativo a primeros auxilios como a acuerdos para el traslado de urgencia a centros médicos”. ¿Y cuál es la política sanitaria de la compañía? Infobae España ha trasladado esta cuestión a la empresa que gestiona los aeropuertos españoles, sin respuesta. En la que ofreció al parlamentario de EH Bildu explica que en sus aeropuertos “la atención primaria de urgencia y el transporte sanitario de urgencia están garantizados por el Estado mediante el Régimen General de la Seguridad Social”. Es decir, que si te pasa algo en el aeropuerto de San Sebastián o de Vigo, donde no hay servicio médico propio, dependes de los servicios de emergencia públicos de esa ciudad.
Es lo que le pasó a un turista inglés de 61 años en octubre de 2023, cuando falleció de un infarto a bordo del avión que le llevaba de vuelta a casa y partía del aeropuerto de Reus, en Tarragona. El pasajero se encontraba dentro del avión, esperando que la torre de control diera el aviso para poder despegar, cuando se empezó a encontrar mal. El piloto canceló la salida y pidió asistencia médica. CCOO denuncia que AENA había despedido al único enfermero que trabajaba en las instalaciones y que la ambulancia tardó 20 minutos en llegar. Tampoco se llegaron a utilizar ninguno de los tres desfibriladores con los que cuenta el aeropuerto. “¿En qué aeropuertos se ha eliminado el servicio médico en los últimos diez años?”, se pregunta Iñarritu. No lo sabemos. Para el sindicato Alternativa Sindical ASAE la empresa pública AENA no detalla los servicios médicos propios que se han ido eliminando en muchos centros de trabajo. “AENA no apuesta por personal propio y sigue privatizando los aeropuertos por partes”, se lamenta un portavoz.
“Los aeropuertos mantienen en todo momento una comunicación fluida con las autoridades locales, con objeto de garantizar la más eficaz coordinación, así como un adecuado servicio de atención primaria de urgencia y traslado sanitario de urgencia”, señalan desde AENA, que recalca que solo en aquellos aeropuertos en los que está determinado por su nivel de actividad se dispone de un servicio de asistencia sanitaria propio y de ambulancia “durante todo el horario operativo los 365 días del año”.
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Para el gestor aeroportuario, la combinación de personal propio y la mencionada coordinación sanitaria con las distintas Comunidades Autónomas, “permite ofrecer una atención primaria de urgencia y transporte sanitario de urgencia durante todo el horario operativo de los aeropuertos”. AENA recuerda que en todas sus infraestructuras la asistencia de primeros auxilios queda cubierta, además, “mediante Columnas de Rescate Cardíaco (desfibriladores semiautomáticos externos) y personal del aeropuerto que ha recibido la formación adecuada para el uso de estos desfibriladores”.
Estos “están considerados como la mejor herramienta médica para actuar a tiempo ante una parada cardiorrespiratoria, mejorando de este modo la supervivencia de los afectados por un infarto de miocardio”. No obstante, los datos son los que son. Y AENA reconoce que durante el periodo 2015-2024, en el que por los aeropuertos españoles han transitado alrededor de 2.000 millones de pasajeros, la cifra de fallecidos de la que tiene constancia es de 187 personas. “Los motivos de los fallecimientos se desconocen, al no ser reportados a los aeropuertos por las dependencias judiciales o los servicios forenses”.