Los cerebros de algunas personas son resistentes al Alzheimer: la ciencia explica por qué

Una de los hallazgos apunta a las células de astrocitos, que participan en la eliminación de desechos en el cerebro

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Resonancia magnética del cerebro (Shutterstock)
Resonancia magnética del cerebro (Shutterstock)

Algunas personas experimentan los cambios típicos del Alzheimer sin mostrar síntomas, como si sus cerebros fueran más resistentes a la enfermedad. Ahora, un grupo de investigadores liderados por el Instituto Holandés de Neurociencia ha investigado cómo este fenómeno podría guiar el desarrollo de tratamientos. Para ello analizaron muestras de tejido cerebral del Banco de Cerebros de los Países Bajos, que contiene más de 5.000 cerebros donados por personas que fallecieron debido a enfermedades cerebrales.

Entre miles de muestras, el equipo encontró solo 12 cerebros que, aunque presentaban signos neurológicos claros del Alzheimer, no mostraban deterioro cognitivo antes de la muerte. Este hallazgo no solo subraya lo raro que es que algunos cerebros eviten los efectos debilitantes de esta enfermedad, sino que también ofreció al equipo la oportunidad de investigar qué hace que estos cerebros sean tan resistentes.

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“No estaba claro qué ocurre en estas personas a nivel molecular y celular”, señala Luuk de Vries, neurocientífico del Instituto Holandés de Neurociencia. “Por eso, buscamos donantes con anomalías en el tejido cerebral que no mostraran deterioro cognitivo en el Brain Bank”, explica. Este tipo de resiliencia ya se ha observado antes y se cree que tanto la genética como las decisiones de estilo de vida pueden influir. Estos factores también están relacionados con el desarrollo general del Alzheimer.

Al analizar las combinaciones únicas de cientos de genes expresados en cerebros cognitivamente sanos con Alzheimer, en cerebros típicos de pacientes con Alzheimer y en cerebros sanos sin la enfermedad, los investigadores identificaron diferencias clave relacionadas con las células de astrocitos, que son las encargadas de eliminar los desechos del cerebro.

Además, los cerebros resistentes parecían ser más eficaces en eliminar las proteínas tóxicas asociadas con el Alzheimer, lo que sugiere que tienen una mejor capacidad para detener la acumulación de “basura” neurológica. Otra diferencia significativa fue una producción de energía más eficiente en las células de los cerebros resistentes. Aunque aún no está claro qué causa estas diferencias o cómo se relacionan con el Alzheimer, identificar estas variaciones es un primer paso crucial.

“Si podemos encontrar la base molecular de la resiliencia, tendremos nuevos puntos de partida para desarrollar medicamentos que puedan activar procesos de resiliencia en pacientes con Alzheimer”, comenta de Vries. Aunque todavía no entendemos del todo qué factores combinados provocan la degeneración, cómo prevenirla o revertir su daño, estudios como este nos acercan a algunas respuestas.

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El siguiente paso de esta investigación es descubrir por qué existen estas diferencias en los procesos de producción de cerebros resilientes. A partir de ahí, podría ser posible desarrollar medicamentos que ayuden a los cerebros a protegerse mejor a sí mismos. “Sigue siendo difícil determinar a partir de datos humanos qué proceso inicia la enfermedad. Esto solo se puede demostrar cambiando algo en células o modelos animales y observando qué sucede a continuación. Eso es lo primero que tenemos que hacer ahora”, concluye de Vries.

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Los datos del Alzheimer en España

En España, la enfermedad de Alzheimer afecta aproximadamente a 800.000 personas, según los últimos datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Es la forma más común de demencia, representando entre el 60% y el 70% de todos los casos de esta condición en nuestro país. La prevalencia de esta enfermedad neurodegenerativa aumenta con la edad, siendo más común en personas mayores de 65 años. Sin embargo, también puede presentarse en individuos más jóvenes, en lo que se conoce como Alzheimer de inicio temprano.

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