En torno a 1,8 millones de personas en todo el mundo padecen esclerosis múltiple (EM), según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta enfermedad autoinmune ocurre cuando el sistema inmunológico ataca partes de los nervios del cerebro y la médula espinal, lo que puede causar problemas de movimiento, visión, equilibrio y sensación. Aunque muchos de los síntomas de la EM pueden tratarse, actualmente no existe una cura o un método de prevención debido a la compleja respuesta inmune que provoca la enfermedad.
Sin embargo, un equipo de científicos de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) ha desarrollado recientemente un análisis de sangre que permite estimar la intensidad de la respuesta inmune en personas con EM. Este avance no solo nos acerca a comprender mejor las causas de la EM, sino también a desarrollar tratamientos más eficaces para esta enfermedad.
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La causa exacta de la EM aún no está completamente clara, pero hay una creciente evidencia que sugiere que el virus de Epstein-Barr (VEB) podría ser un factor determinante. El VEB, que se transmite a través de la saliva, generalmente infecta a los niños a una edad temprana, causando síntomas similares a un resfriado común o, en algunos casos, dolor de garganta y fatiga intensa. Así, el cuerpo nunca elimina completamente el virus; en la mayoría de las personas, el sistema inmunológico lo mantiene inofensivo. Sin embargo, en las personas con EM, la respuesta inmune al VEB es anormal, lo que podría ser responsable de la enfermedad.
Investigaciones recientes han mostrado que las proteínas del VEB (como EBNA-1) y la mielina (la capa protectora de los nervios) comparten una estructura similar. En personas con EM, el sistema inmunológico ataca la mielina, confundiéndola con un invasor extraño. Este descubrimiento es crucial para entender los mecanismos detrás de la respuesta inmune que lleva a la EM y podría facilitar el desarrollo de mejores tratamientos en el futuro.
Los síntomas de la EM se controlan comúnmente con medicamentos inmunosupresores, que reducen la respuesta inmune general del cuerpo, disminuyendo así la gravedad de los síntomas. Sin embargo, estos medicamentos tienen muchos efectos secundarios indeseables, como dolores de cabeza, problemas gastrointestinales y un mayor riesgo de infecciones.
El equipo probó el análisis con muestras de sangre de personas con EM, epilepsia y personas sin condiciones médicas y evaluaron a 145 individuos, confirmando con pruebas de laboratorio que todos habían tenido una infección previa por VEB. De esta manera, descubrieron que la respuesta inmune al VEB era mayor en personas con EM en comparación con los otros grupos, lo que refuerza la idea de que la respuesta inmune al VEB es responsable de la EM.
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Se trata de un hallazgo significativo porque todavía no se comprende completamente cómo estos fármacos funcionan en la EM, aunque una teoría aceptada sugiere que eliminan el VEB al atacar las células B donde el virus se esconde. Por ello, el principal objetivo del estudio ha sido desarrollar una forma de evaluar el efecto de los fármacos dirigidos al VEB en la EM durante ensayos clínicos.