Una vacuna experimental contra el VIH logra activar los anticuerpos en los primeros ensayos con humanos

Los científicos se centran ahora en reforzar la seguridad del fármaco para evitar efectos secundarios o reacciones graves

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Imagen de archivo de muestras
Imagen de archivo de muestras de sangre. EFE/ Fernando Bizerra

Cada día que pasa nos encontramos aún más cerca de desarrollar una vacuna contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), lo que sería sin duda uno de los hitos médicos de nuestro siglo. Ahora, un equipo de científicos del Duke University Human Vaccine Institute (DHVI) de Carolina del Norte, en Estados Unidos, ha logrado desarrollar una vacuna contra el VIH efectiva en sus primeros ensayos clínicos con humanos, aunque todavía no es del todo segura.

Para que una vacuna se considere válida, debe conseguir dos cosas: la primera es que sea efectiva, es decir, que sea capaz de generar anticuerpos que estén preparados para luchar contra la enfermedad posteriormente; la segunda es que tiene que ser segura para la amplia mayoría de las persona, que no provoque serios efectos adversos tras su inyección.

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Así, los ensayos clínicos de este experimental fármaco han demostrado que puede activar esos anticuerpos que hacen frente al virus, pero que aún deben mejorar los aspectos de seguridad. Este es el aspecto en el que se centrarán los estudios posteriores, como afirman en los resultados del estudio publicado en la revista científica Cell. “Fue muy emocionante ver que, con esta molécula de vacuna, podíamos lograr que surgieran anticuerpos neutralizantes en cuestión de semanas”, ha expresado el doctor Wilton Williams, inmunólogo del DHVI y director del estudio.

Para llevar a cabo los experimentos, los doctores seleccionaron a 24 participantes sanos y a cuatro de ellos se les inyectó un placebo en la fase I del ensayo clínico, en 2019. Sorprendentemente, la vacuna provocó una fuerte respuesta del sistema inmune tras la segunda dosis. Sin embargo, el estudio se detuvo cuando una persona sufrió una reacción alérgica grave tras recibir la tercera dosis y por culpa de uno de los componentes: el polietilenglicol (PEG).

Dosis de una vacuna (Shutterstock)
Dosis de una vacuna (Shutterstock)

Tras el incidente, los investigadores reformularon la composición de la vacuna de manera que no tuviera PEG en ella. “Este trabajo es un gran paso adelante, ya que muestra la viabilidad de inducir anticuerpos con inmunizaciones que neutralicen las cepas más difíciles del VIH. Nuestros próximos objetivos son inducir anticuerpos neutralizantes más potentes contra otros sitios del VIH para prevenir el escape del virus. Aún no hemos llegado a ese punto, pero el camino a seguir ahora es mucho más claro”, explica el doctor Barton Haynes, inmunólogo del DHVI y coautor del estudio.

Aunque se trata de un medicamento muy prometedor, los autores llaman a la prudencia, pues todavía se halla en las etapas iniciales del desarrollo. Otras vacunas cuyas estrategias también resultaron ser esperanzadoras terminaron por fracasar en las últimas etapas de los ensayos clínicos, por lo que es algo a tener muy presente a la hora de investigar sobre la vacuna contra el VIH.

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En cambio, las vacunas no son el único objeto de estudio de los científicos en cuanto al tratamiento del VIH. En diciembre del año pasado, un estudio publicado en The Lancet VIH demostró que la terapia preventiva reducía las posibilidades de que las personas se infectaran del virus en un 86% si esta se usaba de manera constante.

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