El color de los mocos: cuál es la diferencia entre gripe, resfriado y alergia

La mucosidad es un signo que nos puede ayudar a identificar si padecemos un cuadro de alergia y un resfriado

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Una mujer se suena los mocos (Shutterstock)
Una mujer se suena los mocos (Shutterstock)

Aunque el invierno es la época que más asociamos con enfermedades respiratorias, lo cierto es que la primavera y las alergias traen de nuevo muchos síntomas que pueden confundirse con resfriados o gripes. Aunque la alergia al polen no se limita a la primavera, pues hay partículas el ambiente durante todo el año. A veces es difícil distinguir con exactitud entre una alergia y un resfriado, y es necesario dejar que el proceso evolucione durante unos días para determinar su naturaleza.

Sin embargo, existen ciertos signos que pueden ayudarnos a diferenciar una condición de otra, tal y como recoge el Grupo Quirón. Concretamente, la mucosidad. Si una persona está padeciendo una alergia, su secreción nasal se presentará clara, líquida y trasparente. Por el contrario, si lo que realmente estamos experimentando es una gripe o un resfriado, la mucosidad es más densa y espesa además de tener un color amarillento o verdoso.

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Sea un cuadro alérgico o no, lo importante es actuar a tiempo para minimizar los síntomas y evitar que progresen a afecciones más graves como sinusitis, episodios asmáticos, bronquitis o neumonía. En el caso de la alergia, es fundamental un diagnóstico correcto para poder prevenir su aparición. Si sospecha que sus síntomas pueden deberse a una alergia, debe acudir a un especialista para determinar la causa y prevenir nuevos episodios. La mejor forma y más efectiva de paliar los síntomas es comenzar con la medicación de los antihistamínicos cuanto antes.

Otras diferencias entre alergia y resfriado o gripe

Existen otra serie de síntomas que también pueden ayudarnos a identificar si sufrimos un cuadro alérgico u otro tipo de enfermedad respiratoria. Si se padece una alergia, sentiremos un picor importante de nariz y ojos además de un lagrimeo ocular con frecuencia. Los estornudos son muy frecuentes y ocurren en salvas (varios seguidos). La alergia nunca ocasiona fiebre y, si hay tos, suele ser seca, sin mucosidad. Los síntomas se inician de forma súbita y pueden desaparecer en menos de 24 horas o durar desde semanas hasta meses, con días de síntomas y días sin ellos.

Si lo que se padece es un resfriado o gripe, el picor nasal es mucho más leve o inexistente y no suele haber lagrimeo, solo molestia ocular. Los estornudos son más aislados, no en salvas y puede haber haber fiebre si hay infección o complicación con sinusitis, otitis, bronquitis o neumonía. Puede aparecer dolor de garganta y/o de oídos y, si hay tos, suele ser con mucosidad. El resfriado también prsenta malestar general, con dolor muscular y cansancio. Los síntomas comienzan de forma más lenta y progresiva, y no desaparecen súbitamente en menos de 24 horas, pues el cuadro suele remitir en aproximadamente una semana.

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Los datos de la alergia en España

Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), el 33% de la población en España, 16 millones de habitantes, sufre de alguna afección alérgica. De ellos, la mitad la desarrollan por la exposición al polen, afectando ligeramente más a las mujeres que a los hombres, y las personas de 15 a 34 años.

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Desde 2016, se ha observado un incremento del 42,3% en el número de personas afectadas. Unas cifras que se espera que sigan creciendo, pues se estima que para el año 2030 uno de cada cuatro españoles sea alérgico al polen.

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