Aunque el invierno es la época que más asociamos con enfermedades respiratorias, lo cierto es que la primavera y las alergias traen de nuevo muchos síntomas que pueden confundirse con resfriados o gripes. Aunque la alergia al polen no se limita a la primavera, pues hay partículas el ambiente durante todo el año. A veces es difícil distinguir con exactitud entre una alergia y un resfriado, y es necesario dejar que el proceso evolucione durante unos días para determinar su naturaleza.
Sin embargo, existen ciertos signos que pueden ayudarnos a diferenciar una condición de otra, tal y como recoge el Grupo Quirón. Concretamente, la mucosidad. Si una persona está padeciendo una alergia, su secreción nasal se presentará clara, líquida y trasparente. Por el contrario, si lo que realmente estamos experimentando es una gripe o un resfriado, la mucosidad es más densa y espesa además de tener un color amarillento o verdoso.
Te puede interesar: Los síntomas de la sífilis en hombres y mujeres: estas son las diferencias
Sea un cuadro alérgico o no, lo importante es actuar a tiempo para minimizar los síntomas y evitar que progresen a afecciones más graves como sinusitis, episodios asmáticos, bronquitis o neumonía. En el caso de la alergia, es fundamental un diagnóstico correcto para poder prevenir su aparición. Si sospecha que sus síntomas pueden deberse a una alergia, debe acudir a un especialista para determinar la causa y prevenir nuevos episodios. La mejor forma y más efectiva de paliar los síntomas es comenzar con la medicación de los antihistamínicos cuanto antes.
Otras diferencias entre alergia y resfriado o gripe
Existen otra serie de síntomas que también pueden ayudarnos a identificar si sufrimos un cuadro alérgico u otro tipo de enfermedad respiratoria. Si se padece una alergia, sentiremos un picor importante de nariz y ojos además de un lagrimeo ocular con frecuencia. Los estornudos son muy frecuentes y ocurren en salvas (varios seguidos). La alergia nunca ocasiona fiebre y, si hay tos, suele ser seca, sin mucosidad. Los síntomas se inician de forma súbita y pueden desaparecer en menos de 24 horas o durar desde semanas hasta meses, con días de síntomas y días sin ellos.
Si lo que se padece es un resfriado o gripe, el picor nasal es mucho más leve o inexistente y no suele haber lagrimeo, solo molestia ocular. Los estornudos son más aislados, no en salvas y puede haber haber fiebre si hay infección o complicación con sinusitis, otitis, bronquitis o neumonía. Puede aparecer dolor de garganta y/o de oídos y, si hay tos, suele ser con mucosidad. El resfriado también prsenta malestar general, con dolor muscular y cansancio. Los síntomas comienzan de forma más lenta y progresiva, y no desaparecen súbitamente en menos de 24 horas, pues el cuadro suele remitir en aproximadamente una semana.
Los datos de la alergia en España
Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), el 33% de la población en España, 16 millones de habitantes, sufre de alguna afección alérgica. De ellos, la mitad la desarrollan por la exposición al polen, afectando ligeramente más a las mujeres que a los hombres, y las personas de 15 a 34 años.
Te puede interesar: Cuál es la planta que protege el hígado y sirve para tratar las molestias estomacales
Desde 2016, se ha observado un incremento del 42,3% en el número de personas afectadas. Unas cifras que se espera que sigan creciendo, pues se estima que para el año 2030 uno de cada cuatro españoles sea alérgico al polen.