Cómo hacer las mejores masas de empanadilla caseras si tu oblea favorita ha desaparecido del supermercado

Tomate, atún, cebolla y huevo. Estos ingredientes que, a priori, pueden parecer tan básicos, son los que componen una de las recetas más deliciosas de la gastronomía de España: las empanadillas. Aunque es cierto que las más famosas son las de Argentina, este plato se ha extendido a la cultura culinaria de buena parte de los rincones de este país. Tal es así que es posible comprarlas congeladas en los supermercados, donde también se pueden encontrar obleas para rellenarlas al gusto de cada uno. Pero para quienes prefieran la comida casera, hay un truco infalible para hacer una masa de empanadilla espectacular.

Son muchos los bares que ofrecen este producto como tapa para acompañar la bebida. Y es que su sabor suele gustar a casi todos los paladares. A ello se une su versatilidad, ya que pueden añadirse los ingredientes que se deseen, algo similar a lo que ocurre con las empanadas: pueden incorporar pollo, carne, ser vegetales… Lo habitual, eso sí, es comerlas fritas, lo que hace que no sean del todo positivas para la salud, dada la gran cantidad de aceite que absorben. Pero, ahora, con las freidoras de aire se reduce su cantidad de grasa, lo que lo convierten en una opción más saludable.

Te puede interesar: Cómo hacer boquerones en vinagre, una receta casera, sencilla y llena de sabor

Además, las empanadillas que ya vienen preparadas y se pueden encontrar en la sección de ultracongelados de los supermercados son una opción rápida y sencilla cuando no se dispone del tiempo suficiente: basta con freírlas y servirlas. A pesar del revuelo que se ha producido en los últimos días por la desaparición de la masa de empanadilla de Buitoni, que ha dejado de fabricarlas temporalmente por no encontrar la harina adecuada, la receta que se explica a continuación es perfecta para hacerla de forma casera y que sea un proceso fácil y económico.

Tiempo de elaboración: 1 hora

Raciones: 14 unidades

Ingredientes:

• Media cucharada pequeña de sal.
• Dos tazas de harina de trigo.
• 1/4 taza de aceite vegetal o de mantequilla.
• 2/4 taza de agua tibia.

Te puede interesar: El restaurante con estrella Michelin de un pueblo en plena Montaña Alavesa: una cocina furtiva que defiende una gastronomía “olvidada”

1. El primer paso es mezclar harina y sal en un recipiente grande.
2. Posteriormente, se añade agua tibia y aceite vegetal, integrándolos hasta obtener una masa uniforme.
3. La técnica para lograr una masa perfecta consiste en trasladarla a una superficie sobre la que se ha espolvoreado harina, para amasarla entre 5 y 10 minutos hasta alcanzar una textura suave y elástica.
4. Tras el amasado, la masa se deja reposar, al menos, 30 minutos a temperatura ambiente para garantizar su manejabilidad.
5. Transcurrido ese tiempo, la masa se divide en porciones, se extiende hasta que se consigue un espesor aproximado de unos 3 mm y se coloca el relleno escogido en el centro de cada círculo.
6. Luego, la masa se dobla, cubriendo el relleno, y se sellan los bordes con un tenedor, una técnica que asegura que se contiene el mismo durante la cocción.