La demencia es una de las enfermedades más duras, no solo a nivel físico y mental, sino por las consecuencias psicológicas que deja en los seres queridos del afectado. Se trata de un proceso en el que la persona pierde gradual e irreversible sus recuerdos y cualidades que la definían como sí misma y, con el tiempo, acaba perdiendo la capacidad de comunicarse, alimentarse, comprender su entorno y reconocer a sus seres queridos.
Desde el siglo XIX se tienen registros de historias de personas con demencia que experimentan repentinas ráfagas de lucidez. Durante estos momentos, pueden entablar conversaciones significativas, recordar eventos que parecían olvidados, hacer bromas e incluso manifestar deseos como pedir su comida favorita. Se estima que el 43% de quienes experimentan esta lucidez breve fallecen en 24 horas, y el 84% en una semana.
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¿Se trata de una “lucidez terminal” o de una “lucidez paradójica”? El biólogo y parapsicólogo alemán Michael Nahm y el profesor de Psiquiatría de la Universidad de Virginia (Estados Unidos) Bruce Greyson introdujeron el término “lucidez terminal” para describir estos momentos, ya que suelen ocurrir poco antes del fallecimiento. Sin embargo, no todos los episodios de lucidez indican una muerte inminente. Algunos estudios han encontrado que algunas personas con demencia avanzada pueden mostrar destellos de su antigua personalidad hasta seis meses antes de morir.
Estos episodios de lucidez no son exclusivos de la demencia; pues también se han observado en otras condiciones que afectan el cerebro, como la meningitis, la esquizofrenia y lesiones cerebrales. Cuando estos momentos de claridad no se correlacionan con la cercanía de la muerte, se les llama “lucidez paradójica”.
Aunque se ha especulado sobre las causas de la lucidez terminal, como cambios en la actividad cerebral cercana a la muerte, aún no se comprende completamente. La dificultad para estudiar estos fenómenos radica en su imprevisibilidad y en la ética de investigar durante momentos de alegría para quienes los experimentan.
Más allá de las explicaciones científicas, algunos consideran que estos momentos de claridad pueden ser una forma de despedida, permitiendo a la persona moribunda reconectarse con sus seres queridos y cerrar ciclos antes de fallecer. Para quienes presencian estos episodios, pueden ser experiencias tanto emotivas como desconcertantes, pero reconocer su naturaleza puede ayudar a aprovechar al máximo el tiempo con la persona que, aunque fugazmente, regresa a sí misma antes del adiós.
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Los datos del Alzheimer en España
En España, la enfermedad de Alzheimer afecta aproximadamente a 800.000 personas, según los ÚLTIMOS datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Es la forma más común de demencia, representando entre el 60% y el 70% de todos los casos de esta condición en nuestro país. La prevalencia de esta enfermedad neurodegenerativa aumenta con la edad, siendo más común en personas mayores de 65 años. Sin embargo, también puede presentarse en individuos más jóvenes, en lo que se conoce como Alzheimer de inicio temprano.
La incidencia de la enfermedad de Alzheimer en España ha ido en aumento en las últimas décadas, en parte debido al envejecimiento de la población. Este crecimiento representa un desafío para el sistema de salud y los servicios de atención a largo plazo, ya que la enfermedad requiere de cuidados especializados y constantes.