El restaurante que está dentro de un vagón de tren de los años 50 y tiene vistas impresionantes de Segovia

España se posiciona como uno de los países con más restaurantes por habitante, en total el estado cuenta con 279.516 establecimientos dedicados al servicio de alimentos y bebidas, según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

De entre todo estos locales encontramos algunos bastante peculiares y originales. Uno de ellos está ubicado en un antiguo vagón y además de ofrecer una gastronomía de calidad, cuenta con unas vistas espectaculares a una ciudad considerada Patrimonio de la Humanidad, Segovia.

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El restaurante La Postal es un vagón restaurado de los años cincuenta que ha sido bautizado con el nombre de Antonio Machado, un escritor muy vinculado a esta tierra.

En un homenaje singular a la vida y obra del poeta, este carruaje recrea los viajes que este realizaba para encontrarse con la que fuera su musa, Pilar Valderrama, conocida en el mundo literario como Guiomar. Este medio no sólo sirvió de puente entre Machado y su amada en Madrid, sino que también fue refugio de creatividad y escritura, donde el artista hallaba la inspiración para escribir parte de su obra, como explican en la propia web del restaurante.

Desde las ventanas del vagón se puede disfrutar de las vistas que en su día enamoraron a Machado. Ofrece una panorámica única del Alcázar de Segovia, ese singular castillo con apariencia de palacio de cuento de hadas.

El restaurante se presenta como “un viaje al placer de los sentidos” con un acogedor comedor con capacidad para 54 comensales. Eso sí, el vagón es exclusivamente para adultos y niños mayores de 12 años.

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Entre los platos estrella que brillan en su carta destacan los típicos de la zona como el cochinillo asado marca de garantía o los famosos judiones de la granja. Aunque también sobresalen elaboraciones más vanguardistas como las cigalas a la plancha con ajetes tiernos confitados, el mouse de queso fresco y miel cítrica de romero o la costilla Black Angus a baja temperatura con salsa de su jugo y puré de boniato.

El chef Jesús Mollinedo, junto a su equipo, ha diseñado una nueva carta donde fusiona lo mejor de la gastronomía mediterránea con toques internacionales, sin perder la esencia de los sabores tradicionales.

La carta destaca por incorporar productos locales de alta calidad, como el solomillo de buey, el atún, y los garbanzos de Valseca, demostrando un firme compromiso con el sustento de los productores de la región. Platos como el tartar de solomillo en pan bao frito con yema de codorniz, o el taco de atún acompañado de biscayene de ibérico y alcaparrones, son solo algunos ejemplos de cómo la carta busca sorprender y deleitar a los comensales, al tiempo que respalda la economía local.