La gonorrea es una infección de transmisión sexual (ITS) común que afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque sus síntomas pueden variar entre los géneros. En mujeres, la gonorrea puede ser especialmente preocupante debido a que a menudo los síntomas no son tan evidentes como en los hombres, lo que puede llevar a complicaciones graves si no se trata adecuadamente y a tiempo.
Los síntomas de la gonorrea en mujeres pueden ser sutiles o incluso inexistentes en algunos casos. Sin embargo, cuando están presentes, pueden incluir los siguientes, según la Clínica Mayo:
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- Secreción vaginal anormal. Esto puede variar en color, textura y olor. La secreción puede ser amarillenta, verdosa o blanca y tener un olor desagradable.
- Dolor o ardor al orinar. Puede ser leve o grave y puede sentirse como una sensación de ardor al orinar.
- Dolor pélvico o abdominal bajo. Este dolor puede ser intermitente o constante y puede variar en intensidad.
- Sangrado vaginal entre períodos. La presencia de sangrado vaginal fuera del período menstrual normal puede ser un síntoma de gonorrea u otra afección.
- Dolor durante las relaciones sexuales. El dolor durante las relaciones sexuales, también conocido como dispareunia, puede ser un síntoma de gonorrea u otra ITS.
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La gonorrea es causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, que se transmite principalmente a través del contacto sexual vaginal, anal u oral con una persona infectada. La bacteria puede ser especialmente peligrosa para las mujeres, pues la infección puede infectar el revestimiento de la uretra, el ano, la garganta o ascender al útero y las trompas de Falopio, causando enfermedad pélvica inflamatoria (EPI), una afección grave que puede provocar infertilidad y dolor crónico si no se trata.
El diagnóstico de la gonorrea en mujeres generalmente implica una combinación de análisis de sangre, pruebas de laboratorio y exámenes físicos. Los análisis de sangre pueden detectar la presencia de anticuerpos contra la bacteria Neisseria gonorrhoeae, mientras que las pruebas de laboratorio pueden incluir análisis de orina y cultivos de muestras tomadas del cuello uterino, la uretra, el ano o la garganta.
Tratamiento y prevención de la gonorrea
El tratamiento de la gonorrea en mujeres generalmente implica el uso de antibióticos. Sin embargo, debido a la creciente resistencia de la bacteria Neisseria gonorrhoeae a los fármacos, es importante seguir las pautas de tratamiento recomendadas por los profesionales de la salud. Los antibióticos comúnmente recetados incluyen ceftriaxona y azitromicina, aunque pueden variar según la gravedad de la infección y la resistencia bacteriana local.
Además del tratamiento con antibióticos, es fundamental que las mujeres con gonorrea informen a sus parejas sexuales para que también puedan recibir tratamiento y evitar la propagación continua de la infección. Se recomienda abstenerse de tener relaciones sexuales hasta que tanto la paciente como sus parejas hayan completado el tratamiento y hayan recibido una confirmación de que la infección ha sido eliminada.
La mejor manera de prevenir la gonorrea y otras infecciones de transmisión sexual es practicar sexo seguro. Esto incluye el uso correcto y constante de condones durante las relaciones sexuales y la limitación del número de parejas sexuales. Las mujeres que son sexualmente activas deben someterse regularmente a pruebas de detección de infecciones de transmisión sexual, incluso si no tienen síntomas, para detectar y tratar cualquier infección lo antes posible.