El análisis de sangre que puede detectar la artrosis ocho años antes que una radiografía

Investigadores de la Universidad de Duke en Carolina del Norte han identificado biomarcadores en el suero sanguíneo que pueden pronosticar la osteoartritis de rodilla antes de que sea detectable a través de rayos X. Este hallazgo podría revolucionar la detección temprana y el tratamiento de esta enfermedad degenerativa común. Según el estudio publicado en la revista Science Advances, estas marcas en la sangre podrían predecir la enfermedad con hasta ocho años de antelación, ofreciendo una precisión del 77% en sus predicciones.

La osteoartritis (OA) es una afección que afecta al tejido protector de las articulaciones, provocando dolor y rigidez. Afecta aproximadamente al 20% de los adultos en Estados Unidos, según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). La osteoartritis es la forma más común de artritis y consiste en el desgaste del cartílago que envuelve los huesos en las articulaciones.

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Los factores de riesgo incluyen lesiones articulares, la edad, la obesidad y la genética. Aunque actualmente no existe cura para la OA, el manejo de su progresión es posible mediante la pérdida de peso, el ejercicio y medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs).

El equipo de científicos de Duke ha analizado muestras de sangre de un grupo de 200 mujeres blancas, entre 45 y 65 años, sin historial de artritis reumatoide, gota o lesiones de rodilla severas, como parte del estudio Chingford 1.000 Women en el Reino Unido. Al comparar las muestras de aquellas que desarrollaron OA de rodilla durante un seguimiento de 10 años con un grupo de control, los investigadores identificaron hasta seis biomarcadores clave. Estos no solo predijeron la aparición de OA con alta precisión sino que también estaban activos en el cartílago y el sinovio de la articulación de la rodilla, lo que resalta su relevancia en el desarrollo de la enfermedad.

A pesar del optimismo generado por estos resultados, expertos como Abayomi Ogunwale, de UTHealth Houston, y Steve Yoon, del Cedars-Sinai Kerlan-Jobe Institute en Los Ángeles, han señalado limitaciones en el estudio, como su diseño de caso-control, la falta de diversidad en la muestra, y la dificultad para generalizar los hallazgos a toda la población. Además, recalcan que, aunque prometedores, estos biomarcadores no estarán disponibles para uso público de inmediato. “Este estudio fue diseñado como un estudio de casos y controles que no proporciona el más alto nivel de evidencia de investigación clínica debido a sesgos inherentes al diseño”, ha explicado Ogunwale.

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Por otro lado, Timothy Gibson, del MemorialCare Joint Replacement Center en California, ha destacado la importancia de estos descubrimientos para la identificación temprana y la intervención en la osteoartritis de rodilla, destacando que el control de peso y el fortalecimiento muscular pueden ser estrategias clave para aquellos en riesgo. “El desarrollo de un análisis de sangre para predecir la osteoartritis de rodilla antes de que aparezca daño estructural en las radiografías es muy significativo”, ha señalado. “La identificación temprana de personas con alto riesgo de desarrollar osteoartritis de rodilla brinda la oportunidad de brindar una intervención temprana y potencialmente retardar o detener la progresión de la enfermedad”, ha agregado.

Gibson también dijo que si alguien está en riesgo de desarrollar osteoartritis de rodilla, hay algunas cosas que puede hacer para ayudar, incluido “controlar el peso y mantener o mejorar la fuerza de los cuádriceps y las piernas”. “La rodilla siente una fuerza de aproximadamente cuatro veces el peso corporal con cada paso debido a lo que se conoce como fuerza reactiva articular”, apunta este experto. “Incluso perder 10 libras (4,5 kilos) hace una gran diferencia en la fuerza sobre la rodilla en cada paso”.

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Ogunwale ha afirmado que este tipo de prueba podría afectar el futuro del tratamiento de la osteoartritis. “En los próximos años, este desarrollo se traducirá en pruebas más sensibles y no radiológicas para la predicción y el diagnóstico de la osteoartritis y, con suerte, en el desarrollo de agentes terapéuticos y biológicos para interrumpir el proceso inflamatorio que precede a los síntomas clínicos”, ha concluido.