El líder científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Jeremy Farrar, ha expresado su “gran preocupación” ante el riesgo de que el virus de la gripe aviar H5N1 pueda mutar y comenzar a transmitirse entre humanos. Esta alarma se enciende en un contexto donde el virus, que originalmente afectaba a aves como pollos y patos, nunca ha demostrado capacidad de transmisión de persona a persona, pero ha resultado en una tasa de mortalidad alarmantemente alta entre los infectados.
Además, Farrar ha hecho hincapié en la necesidad de una vigilancia rigurosa sobre un reciente brote de H5N1 en vacas lecheras en Estados Unidos, instando a las autoridades de salud a considerar todas las vías posibles de evolución y transmisión del virus. Esta preocupación subraya la importancia de una respuesta rápida y equitativa en términos de vacunación, tratamiento y diagnóstico ante una posible transmisión humana.
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La OMS ha dado pasos adicionales modernizando su terminología respecto a los patógenos aéreos, en un esfuerzo por mejorar la cooperación internacional y la capacidad de respuesta ante pandemias futuras. Este cambio, motivado por las lecciones aprendidas durante la crisis del Covid-19, incluye la introducción de términos como “partículas respiratorias infecciosas” (IRP), destinados a clarificar la comunicación y la comprensión científica sobre la transmisión de virus respiratorios.
Farrar también destacó las deficiencias actuales en el desarrollo de vacunas contra el H5N1 y la capacidad de diagnóstico a nivel global, señalando una urgente necesidad de avance en estos campos para enfrentar de manera efectiva al virus.
La OMS, junto a colaboradores internacionales, continúa trabajando para unificar criterios y mejorar las estrategias de control de infecciones aéreas, en un esfuerzo por estar mejor preparados ante epidemias y pandemias futuras.
Síntomas, diagnóstico y tratamiento de la gripe aviar
La exposición humana a los virus de la gripe aviar conlleva un abanico de manifestaciones clínicas, desde síntomas leves similares a los de la gripe estacional hasta condiciones críticas que pueden desencadenar una enfermedad respiratoria aguda grave e incluso la muerte. Las particularidades del virus implicado y el perfil del individuo afectado determinan la severidad de estos cuadros. Las variantes A(H5) y A(H7N9) del virus de gripe aviar destacan por presentar una tasa de letalidad superior en comparación con la gripe común.
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Los factores de riesgo asociados a la transmisión de estos virus a humanos incluyen el contacto cercano con aves de corral infectadas, ya sea durante su manejo en condiciones vivas o muertas, así como la interacción con ambientes contaminados tales como los mercados de aves vivas. Se enfatiza que, a pesar de los riesgos, no se ha demostrado que el consumo de aves de corral o huevos adecuadamente preparados y cocinados transmita el virus a los humanos. No obstante, se han reportado casos vinculados al consumo de alimentos elaborados con sangre cruda de aves infectadas.
La presencia de infecciones humanas por estos virus es rara, pero ha sido documentada esporádicamente a escala global. Desde 1997, con el primer informe de infecciones por A(H5N1) en la RAE de Hong Kong (China), hasta los recientes casos de A(H7N9) y A(H5N6) principalmente en China, la incidencia de estos eventos refleja la continua amenaza zoonótica. Además, se han identificado infecciones en humanos relacionadas con virus de la gripe porcina, subrayando la importancia de la cercanía a cerdos infectados como factor de riesgo.
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La detección y diagnóstico de estas infecciones en seres humanos requiere de análisis de laboratorio altamente especializados, fundamentales para la implementación de medidas de respuesta y manejo clínico adecuado de los casos. La gestión clínica implica desde la identificación temprana, evaluación de la gravedad, hasta el tratamiento y aislamiento de los pacientes afectados.
*Con información de Europa Press