La falta de evidencia científica ha llevado al Ministerio de Sanidad a descartar el uso de hasta 73 pseudoterapias en el ámbito clínico. Así lo muestran los informes desarrollados por la Red Española de Agencias de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema nacional de Salud (RedETS), entre los que incluyen la vacuoterapia, la luminoterapia en problemas de salud mental, la respiración consciente, el chi-kung/qigong, el zerobalancing, la aromaterapia y las técnicas de relajación basadas en la inducción de sensaciones corporales. En esta misma línea, sí reconocen los beneficios del taichí aunque “ligado a la realización de una actividad física”.
Vacuoterapia o ‘cupping’
La vacuoterapia consiste en la aplicación de copas de cristal o de plástico calentadas y colocadas sobre la piel para que hagan ventosa. El objetivo es el de, teóricamente, facilitar el drenaje del líquido retenido en las células y mejorar así la circulación. Sin embargo, el informe explica que “la terapia con ventosas no se puede considerar una terapia segura debido a los riesgos inherentes por la aplicación de la técnica sobre el cuerpo humano, mayoritariamente en la vacuoterapia húmeda, y el beneficio que podrían mostrar se basa en estudios de baja calidad que no permiten sustentar su eficacia, por lo que no estaría recomendado su uso en esta indicación”.
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Luminoterapia para la salud mental
Esta pseudoterapia consiste en exponer al paciente a rayos de luz que simulen la luz solar y que, de esta manera, se consiga regular los ritmos circadianos de nuestro cuerpo, nuestro reloj biológico. Así, la luminoterapia se utiliza para tratar problemas relacionados con el sueño o la salud mental. Pese a ello, el informe de Sanidad advierte de que no existe ningún tipo de evidencia científica que respalde sus beneficios.
Taichí
El taichí es un arte marcial que sí que puede resultar beneficioso para salud, pues ayuda a reducir el dolor y regular la presión arterial. Sin embargo, estas mejorías respecto a las enfermedades solo se dan cuando la persona compagina el taichí con una actividad física, según los expertos.
Aromaterapia
Es una forma de pseudoterapia que pretende mejorar el bienestar físico y psicológico de las personas que se someten a ella a través de productos aromáticos, como los aceites esenciales extraídos de plantas. Así, se busca reducir la sneidad y el estrés. No obstante, el informe de Sanidad apunta que no existen evidencias científicas de sus beneficios y que, por otra parte, los aceites no son inocuos, pese a ser naturales.
Respiración consciente
La respiración consciente es una técnica de respiración con la que se busca la consciencia plena del momento presente, sentir los efectos de la respiración en el cuerpo para aliviar la angustia y el estrés. No se han encontrado evidencias científicas de que estos efectos sean reales, por lo que Sanidad desaconseja emplearlos en la práctica clínica profesional.
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‘Zerobalancing’
Al igual que con la respiración consciente, el ‘zerobalancing’ tampoco presenta ningún tipo de evidencia científica en cuanto a los beneficios que pueda aportar. Se trata de una técnica en la que la persona pretende encontrar el equilibrio entre el cuerpo y su mente, entre “estructura” y “energía”.
Chi-kung o qigong
No llega a considerarse un arte marcial, aunque puede servir de entrenamiento. El chi-kung o qigong es un conjunto de movimientos y posturas corporales de respiración y meditación que buscan mejorar la salud y la espiritualidad de aquellos que lo practican. Por ello, el informe explica que no existen evidencias sólidas de sus beneficios; en todo caso, los propios de una actividad de bajo impacto que alivie el estrés.
Técnicas de relajación basadas en sensaciones corporales
Esta inducción de sensaciones corporales incluye, entre otras, la relajación autógena, que consiste en alcanzar una paz profunda a través de representaciones mentales de sensaciones físicas, como el calor o el frío.
Lo cierto es que podría ser de utilidad para personas con síntomas psicológicos en algunas condiciones patológicas, pero aún falta mucha evidencia científica al respecto.