Carlos Ríos, el influencer popular por distinguir entre comida sana y comida ultraprocesada, podría haber realizado publicidad encubierta en muchos de los vídeos que publica en sus redes sociales. Así se lo ha notificado el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 mediante una carta enviada que él mismo ha hecho pública a través de su cuenta de Instagram.
Aunque Ríos ha querido establecer una relación entre sus críticas a los menús de los hospitales y la carta recibida, la realidad es que desde el mes de febrero el Ministerio que dirige Pablo Bustinduy ha puesto el foco sobre todos aquellos influencers y personalidades relevantes de las redes sociales que podrían hacer publicidad encubierta. Según una investigación adelantada por Infobae en la que participó la Dirección General de Consumo, hasta el 70% de los influencers de España hacen publicidad engañosa e incumplen las leyes europeas.
Fuentes del equipo ministerial aseguran que “el Ministerio solo ha enviado cartas a influencers dentro de una campaña informativa en la que advierte posibles prácticas de publicidad encubierta con el objetivo de que las personas que reciben estas cartas puedan modificar sus conductas”. Además, explican que “la mencionada campaña se comunicó a mediados de febrero y estaba enmarcada en una investigación europea realizada en fechas previas, por lo que si Carlos Rios ha recibido una carta de este Ministerio, tal y como asegura, la misiva no guarda relación con las críticas a ultraprocesados o recientes críticas a hospitales”.
“Las cartas que se incluyen en esta campaña son el primer paso para intentar corregir una situación que a nosotros nos parece que pueden incurrir en publicidad encubierta. Si hay reincidencia, este Ministerio puede abrir expedientes sancionadores”, aclaran desde el Ministerio. Según expertos consultados en la materia, los potenciales incumplimientos en la materia en los que incurriría Carlos Ríos serían, principalmente, tres.
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Vídeos con la freidora airfryer
El promotor de la marca Realfooding ha subido varios contenidos en los que recomienda recetas mediante una freidora de aire. En esas mismas publicaciones, muestra códigos de descuento para comprar productos en webs que tienen en su catálogo este producto. El problema de estos vídeos es que no identifica si son pagados por la otra marca o si tiene una colaboración con la misma.
En este sentido, Carlos Ríos ha publicado hasta dos vídeos en esta dirección. En todos ellos, no queda claro si se trata de publicidad o contenido sin ánimo de lucro, pero los códigos de descuento que añade al texto de las publicaciones pone en entredicho la falta de negocio de esos post de Instagram.
Confusión entre persona y empresa
Otra de las problemáticas de los contenidos de Carlos Ríos es que desde su cuenta personal da espacio al contenido de su empresa, Realfooding, sin decir que es una empresa. Esta confusión lleva a que se hable como empresa desde una cuenta personal, sin hacer explícito que se trata de contenido promocional. Además, hay contenidos en los que a marcas ajenas de comida, les pone el sello de Realfooding, sin identificarlo como publicidad de ambas empresas.
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Un buen ejemplo de esas prácticas tiene lugar en el siguiente vídeo, en el que Ríos habla de un desayuno al que se ha aficionado, mientras inserta en el texto y en el vídeo unos yogures líquidos que cuentan con la marca Realfooding. Pasa desapercibido, pero podría estar practicando publicidad encubierta tanto de su marca como de la empresa que fabrica los yogures, en este caso Danone.
En estos casos, de confirmarse, Carlos Ríos habría incumplido la ley Competencia Desleal. Se consideran prácticas comerciales desleales aquellas que incluyen, como información, comunicaciones que realmente son para promocionar un bien o servicio, pagando el empresario o profesional por dicha promoción. En el artículo 26.1 se asegura que será publicidad encubierta aquellas que “incluyan como información en los medios de comunicación o en servicios de la sociedad de la información o redes sociales, comunicaciones para promocionar un bien o servicio, pagando el empresario o profesional por dicha promoción, sin que quede claramente especificado en el contenido, o a través de imágenes y sonidos claramente identificables para el consumidor o usuario, que se trata de un contenido publicitario”. La legislación reconoce que la multa podría alcanzar los 100.000 euros o entre 4 y 6 veces el beneficio ilícito obtenido.
La indignación de Carlos Ríos por la carta recibida desde el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, no ha tenido el apoyo esperado. Mikel Iturriaga, que también hace el mismo contenido en sus redes sociales, ha sido muy crítico con el empresario: “Los muchísimos nutricionistas y medios que criticamos los ultraprocesados Consumo no nos ha dicho ni mú. Y si te escriben a ti es por los choporrocientos anuncios que les cuelas a tus seguidores sin avisarles de que son publicidad”, decía el periodista en su cuenta de X.
Carlos Ríos se hizo popular en redes sociales por denunciar los ultraprocesados y desde el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 aclaran que ya están “trabajando en nuevas iniciativas legales para tratar de reducir los alimentos procesados en los comedores escolares y la publicidad de los mismos a la que están expuestos los niños y niñas”.