La enfermedad de Parkinson es la enfermedad neurológica que más aumenta en prevalencia, mortalidad y discapacidad en el mundo. En los últimos 20 años, la incidencia del Parkinson ha aumentado en más de un 80% y el número de fallecimientos se ha duplicado. Es decir, entre cuatro y cinco millones de personas en todo el mundo. Por este motivo, la ciencia no deja de investigar posibles curas o vacunas que pongan freno a esta enfermedad.
En las personas que padecen Parkinson, la proteína alfa-sinucleína se pliega de manera incorrecta y forma agregados que dañan las células nerviosas productoras de dopamina en el cerebro, lo que ocasiona los síntomas característicos. Los tratamientos actuales, centrados en medicamentos que reemplazan la dopamina, a menudo generan efectos secundarios y pierden efectividad con el tiempo.
Se cree que los grupos de proteínas se originan en la pared intestinal en una etapa temprana de la enfermedad y luego viajan hacia las células cerebrales a través del nervio vago, que conecta el intestino y el cerebro, un proceso que puede ser influenciado por las bacterias intestinales. De hecho, algunas investigaciones recientes sugieren una conexión sorprendente entre la enfermedad de Parkinson y el microbioma intestinal, las miles de millones de bacterias que residen en nuestros intestinos. Es más, los pacientes con Parkinson a menudo tienen un microbioma intestinal alterado en comparación con las personas sanas, lo que se asocia con más inflamación intestinal y una barrera intestinal dañada.
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Por esta razón, el departamento de neurología del Hospital Universitario de Gante y el Centro VIB-UGent para la Investigación de la Inflamación se han unido para colaborar en un estudio que podría abrir nuevos caminos para el tratamiento del Parkinson. El objetivo era investigar si un trasplante de microbiota fecal (FMT), utilizando bacterias intestinales sanas de un donante, podría tener un impacto significativo en la progresión de los síntomas de la enfermedad de Parkinson durante un año.
El estudio clínico, denominado GUT-PARFECT, reclutó participantes con enfermedad de Parkinson en etapas tempranas, junto con donantes sanos que proporcionaron sus heces al equipo de científicos. Todos los participantes con Parkinson recibieron las heces a través de un tubo insertado por la nariz, avanzando hasta el intestino delgado para administrar la mezcla directamente allí. Los resultados mostraron que después de 12 meses, el grupo que recibió el tratamiento mostró una mejora significativamente mayor en los síntomas motores en comparación con el grupo que recibió placebo.
Además, esta mejora se intensificó aún más entre el sexto y el duodécimo mes después del trasplante, lo que sugiere un posible efecto duradero. Por otra parte, los participantes experimentaron menos estreñimiento, un síntoma común y molesto para muchas personas con enfermedad de Parkinson. Sin embargo, se necesita más investigación para determinar si este tratamiento también puede frenar la progresión de la enfermedad.
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El impacto de la enfermedad del Parkinson en España
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), se estima que al menos 160.000 personas sufren de Parkinson en nuestro país, y cada año se diagnostica un nuevo caso por cada 10.000 habitantes. El 70% de las personas diagnosticadas con Parkinson en España tienen más de 65 años, pero el 15% tiene entre 45 y 65 años, y el 15% restante es menor de 45 años. Por otra parte, entre el 20 y el 25% de los pacientes afectados por la enfermedad de Parkinson requieren un ingreso hospitalario anua.