Qué es la espondilosis cervical, el problema de espalda por el que un trabajador recibió la pensión de incapacidad permanente

El empleado recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, que reconoció su condición médica

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Radiografía de cuello (Shutterstock)
Radiografía de cuello (Shutterstock)

A veces resulta difícil conseguir que la Seguridad Social reconozca que una persona con dolores reciba la pensión por incapacidad, lo que puede mermar gravemente su calidad de vida. A un trabajador de 52 años de una fábrica automovilística de Asturias le fue rechazado en un primer momento la pensión por incapacidad permanente a pesar de sufrir espondilosis cervical. Se trata de una condición que afecta a la columna vertebral en la región del cuello y que se agravaba con su empleo, que requería levantar y transportar objetos pesados. Finalmente, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias reconoció y declaró su pensión por incapacidad permanente.

La espondilosis cervical, también conocida como osteoartritis cervical, es una forma común de degeneración espinal que se produce con el envejecimiento. Esta condición puede causar dolor y rigidez en el cuello, así como otros síntomas que pueden afectar la calidad de vida de quienes la padecen.

La columna cervical está formada por siete vértebras que se extienden desde la base del cráneo hasta la parte superior de la espalda. Entre cada una de estas vértebras hay discos intervertebrales que actúan como amortiguadores y ayudan a mantener la flexibilidad y la movilidad del cuello. Con el tiempo, estos discos pueden desgastarse debido al uso continuo y al proceso natural de envejecimiento. De esta manera, la espondilosis cervical se produce cuando este desgaste conduce a la formación de osteofitos, también conocidos como “espuelas óseas”, en los bordes de las vértebras.

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Siguiendo a la Clínica Mayo, los osteofitos pueden comprimir las raíces nerviosas que salen de la médula espinal, lo que puede causar dolor, entumecimiento y debilidad en los brazos y las manos. Además, la espondilosis cervical puede provocar estenosis espinal, un estrechamiento del canal espinal que puede comprimir la médula espinal y causar síntomas más graves, como dificultad para caminar, pérdida de control de la vejiga o los intestinos, y problemas de equilibrio.

Diagnóstico y tratamiento de la espondilosis cervical

El diagnóstico de la espondilosis cervical generalmente se realiza mediante un examen físico y pruebas de imagen, como radiografías, resonancia magnética o tomografía computarizada. Estas pruebas pueden ayudar a los médicos a evaluar el grado de degeneración en la columna cervical y determinar el mejor enfoque de tratamiento.

Según Medline Plus, el tratamiento de la espondilosis cervical puede incluir medidas conservadoras, como reposo, fisioterapia y medicamentos para controlar el dolor y la inflamación. Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento pueden ayudar a mejorar la flexibilidad y la fuerza del cuello y los músculos circundantes, lo que puede reducir la presión sobre la columna cervical y aliviar los síntomas.

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En casos más graves o cuando los síntomas no responden al tratamiento conservador, puede ser necesario recurrir a opciones más invasivas, como inyecciones de esteroides para reducir la inflamación o cirugía para descomprimir los nervios y estabilizar la columna vertebral. La cirugía puede implicar la eliminación de los osteofitos, la fusión de las vértebras afectadas o la colocación de dispositivos de estabilización, como placas y tornillos.

La seguridad social te puede conceder la pensión de incapacidad sin cumplir este requisito.

Es importante tener en cuenta que la espondilosis cervical es una condición crónica que puede requerir manejo a largo plazo para controlar los síntomas y prevenir complicaciones. Adoptar un estilo de vida saludable que incluya ejercicio regular, mantener un peso corporal saludable y practicar una buena postura puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad o a controlar sus síntomas en aquellos que ya la padecen.

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