Estos son todos los riesgos de las inyecciones de bótox

Si las aplica un profesional cualificado, son por lo general un tratamiento de estética bastante seguro

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Una mujer se somete a una inyección de bótox (Shutterstock)
Una mujer se somete a una inyección de bótox (Shutterstock)

El uso de inyecciones de toxina botulínica o bótox se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años como un tratamiento estético para reducir las arrugas faciales y las líneas de expresión. Si bien el bótox se considera generalmente seguro cuando es administrado por profesionales médicos capacitados, como dermatólogos o cirujanos plásticos, existen riesgos asociados con su uso que es importante considerar antes de someterse a este tipo de tratamiento. Además, es importante que estos tratamientos estéticos sean siempre realizados por un profesional cualificado.

La Clínica Mayo recoge los riesgos más comunes asociados con las inyecciones de bótox, como es la posibilidad de experimentar efectos secundarios temporales en el sitio de la inyección. Estos efectos adversos pueden incluir hinchazón, enrojecimiento, hematomas, sensibilidad o dolor en el área tratada, aunque suelen ser leves y desaparecen en unos pocos días después del tratamiento, pero en algunos casos pueden persistir durante más tiempo.

Además de los efectos secundarios locales, también existe la posibilidad de experimentar efectos secundarios más graves relacionados con la difusión del bótox fuera del área tratada. Cuando se administra en dosis demasiado altas o cuando se coloca en áreas incorrectas, puede afectar a los músculos circundantes y causar problemas como ptosis palpebral (caída del párpado), asimetría facial o dificultad para hablar, masticar o tragar. Aunque son poco comunes, son alarmantes cuando ocurren.

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Otro riesgo potencial asociado con el uso de inyecciones de bótox es la posibilidad de desarrollar resistencia a la toxina botulínica con el tiempo. Esto significa que el cuerpo puede volverse menos sensible a sus efectos, lo que puede requerir dosis más altas o tratamientos más frecuentes para lograr los mismos resultados. La resistencia al bótox es más común en personas que reciben tratamientos repetidos durante un período prolongado de tiempo.

Además de los riesgos individuales asociados con el uso de bótox , también es importante considerar los riesgos generales asociados con cualquier procedimiento médico invasivo. Esto incluye la posibilidad de infección en el sitio de la inyección, reacciones alérgicas a los ingredientes del producto o complicaciones relacionadas con la administración incorrecta del tratamiento. Estos riesgos pueden reducirse al elegir un proveedor de atención médica calificado y experimentado que siga prácticas de seguridad y esterilización adecuadas.

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Otro aspecto importante a tener en cuenta es el riesgo de resultados no deseados o insatisfactorios con el tratamiento de bótox. Aunque muchas personas experimentan resultados positivos y una apariencia más juvenil después de recibir inyecciones de bótox, no todas las personas responden de la misma manera al tratamiento. La eficacia del bótox puede variar según factores como la edad, la genética, el tipo de piel y la severidad de las arrugas.

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Además, es importante tener en cuenta que el efecto del estas inyecciones estéticas es temporal y generalmente dura entre tres y seis meses. Esto significa que para mantener los resultados deseados, es necesario repetir el tratamiento regularmente, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar resistencia a la toxina botulínica y otros efectos secundarios..

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