En España, hay aproximadamente unos 2,5 millones de personas, un 5% de la población, que sufren asma. Esta es una enfermedad que provoca un cierre repentino de las vías respiratorias que, en el peor de los casos, puede llegar a ser letal. Hasta hace muy poco, se pensaba que se trataba de una dolencia que afectaba al sistema inmune, el cual reaccionaba frente a la presencia de otro agente, ya fuera interno o externo. De este modo, la ciencia pensaba que eran nuestras propias defensas las que provocaban ese ahogo, junto con el resto de síntomas que le eran asociados.
Sin embargo, un estudio que ha visto la luz este jueves en la revista Science acaba de revelar la existencia de la que podría ser una nueva causa de los ataques de asma. Los investigadores han descrito cómo el cierre de los bronquios se produce a nivel celular, descubriendo un fenómeno llamado extrusión. Esto quiere decir que las vías respiratorias, tras el ataque, ven reducido su tamaño a una gran velocidad, lo que provoca que algunas de las células del tejido pulmonar se queden sin espacio y acaben muriendo.
Por otro lado, la debilidad de las vías respiratorias tras un proceso tan bronco ayudaría a que pudieran entrar en el organismo nuevos contaminantes y agentes malignos para el cuerpo. Esta sería la causa de que en los asmáticos fuera más habitual sufrir otras broncopatías. “Nuestros hallazgos muestran que la broncoconstricción causa daño epitelial e inflamación por una extrusión celular excesiva inducida por el hacinamiento y sugieren que bloquear la extrusión epitelial, en lugar de la consiguiente inflamación posterior, podría prevenir el ciclo inflamatorio del asma”, señalan en el estudio.
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Nuevos tratamientos
Una autora del estudio, Jody Rosenblatt, que trabaja en la Facultad de Biociencias Médicas y Básicas del King’s College de Londres, ha declarado en un comunicado difundido por esta misma entidad que, sin esa barrera de células epiteliales que debería proteger nuestras vías respiratorias, “los pacientes con asma tienen muchas más probabilidades de sufrir inflamación a largo plazo, problemas de cicatrización de heridas en las vías respiratorias e infecciones que provocan más ataques”. Al haber descubierto el mecanismo mediante el que todo ello se produce, ha afirmado la experta, contamos desde ahora con una gran herramienta para comenzar a combatirlo.
De hecho, la investigación ha consistido, también, en un tratamiento experimental que ha intentado atacar las causas del asma y no sus síntomas, como hasta ahora se había hecho. Para ello, han usado gadolinio, un compuesto utilizado en muchas pruebas médicas. Así, los científicos han comprobado que su uso ayuda a que la extrusión de las células epiteliales no se produzca. Y esto, al mismo tiempo, evita las habituales consecuencias de ello, es decir, los ataques de asma.
Hasta el día de hoy, los tratamientos han estado encaminados a abrir las vías respiratorias inflamadas con inhaladores que dilatan los bronquios. Rossenblatt ha hecho referencia a que, por ejemplo, la utilización del albuterol abre estas mismas vías, pero no previene “el daño ni los síntomas que siguen al ataque”. De este modo, con el gadolinio estos científicos creen haber encontrado una solución más barata y, también, mucho más eficaz.
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No obstante, todavía quedan algunos obstáculos por resolver. En declaraciones al periódico El País, la farmacóloga valenciana y coautora del estudio, Elena Ortiz-Zapater, explicó que este compuesto puede ser tóxico “si se administra con mucha frecuencia”. Por ello, de lo que se trataría es de encontrar otro compuesto que tuviera un efecto similar, destinado a combatir la extrusión para poder, así, revolucionar el tratamiento que hasta ahora se había realizado para esta enfermedad.