Era el 14 de agosto de 2016. La banda Supersubmarina regresaba a su localidad natal de Baeza, Jaén, después de tocar en el Medusa Sunbeach Festival de Cullera (Valencia). Sin embargo, una colisión con otro automóvil truncó la carrera de los cuatro músicos y no volvieron a subirse juntos a un escenario. Hasta ahora, con la presentación de Algo que sirva como luz, un libro que cuenta la historia de esta banda de indie rock español.
El accidente de tráfico dejó secuelas en todos los integrantes del grupo, especialmente en el guitarrista y vocalista José Marín, más conocido como Chino, que pasó varias semanas hospitalizado por un traumatismo craneoencefálico y una contusión abdominal. Además, a día de hoy también sufre otra secuela del accidente menos conocida: la anosognosia. Este término médico se refiere a la falta de conciencia o reconocimiento por parte de un individuo sobre su propia enfermedad o discapacidad.
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La anosognosia es particularmente común en trastornos neurológicos, como el accidente cerebrovascular, la esquizofrenia, la demencia y la enfermedad de Alzheimer, entre otros. Este trastorno puede tener consecuencias significativas en la vida de quienes lo experimentan, así como en sus familiares y cuidadores.
Siguiendo a la Fundación Pasqual Maragall, una de las características más destacadas de la anosognosia es la negación persistente de la enfermedad o discapacidad por parte del individuo afectado. A pesar de la evidencia objetiva de su condición, la persona no reconoce la gravedad o incluso la existencia del problema. Esta falta de conciencia puede dificultar enormemente la aceptación del tratamiento médico adecuado y, en consecuencia, limitar las posibilidades de recuperación o gestión efectiva de la enfermedad.
En qué casos aparece la anosognosia
En el caso de pacientes con lesiones cerebrales, como aquellas causadas por un accidente cerebrovascular, la anosognosia puede manifestarse como una incapacidad para reconocer la parálisis o la debilidad en una parte del cuerpo. Aunque los médicos pueden señalar la existencia de la parálisis y explicar su origen, el individuo afectado puede insistir en que sus extremidades funcionan perfectamente, lo que a su vez puede dificultar la participación en la rehabilitación y prolongar la recuperación.
En trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia, la anosognosia puede manifestarse como una falta de conciencia de los síntomas de la enfermedad, como alucinaciones o delirios. Los pacientes pueden negar que sus experiencias sean anormales o atribuirlas a causas externas, como el entorno o las conspiraciones, lo que puede dificultar el acceso al tratamiento psiquiátrico y aumentar el riesgo de deterioro funcional y social.
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En el caso de la demencia y la enfermedad de Alzheimer, la anosognosia puede dificultar la adaptación a la progresión de la enfermedad y la planificación de cuidados a largo plazo. Los pacientes pueden negar la pérdida de memoria o la disminución de las habilidades cognitivas, lo que dificulta la supervisión y el apoyo adecuados. Además, la falta de conciencia de la enfermedad puede generar estrés y conflictos familiares, ya que los cuidadores luchan por proporcionar ayuda sin el reconocimiento o la cooperación del paciente.
El tratamiento de la anosognosia puede ser un desafío tanto para los profesionales de la salud como para los cuidadores. Es fundamental adoptar enfoques compasivos y empáticos para abordar la falta de conciencia del paciente, reconociendo que esta negación no es necesariamente un signo de resistencia o falta de cooperación. La educación del paciente y la familia sobre la enfermedad subyacente y sus síntomas pueden ayudar a fomentar una mayor comprensión y aceptación.