Ser o no ser zurdo: un estudio señala esta mutación genética como posible causa de que usemos la mano izquierda

Se llama TUBB4B y es un gen relacionado con la codificación de microtúbulos, es decir, todas esas ramificaciones que estructuran las células, entre ellas las neuronas, y les dan una forma determinada. Un estudio publicado por la revista Nature comNmunications ha concluido que una inhabitual variación en este gen está unas tres veces más presente en las personas que tienen la mano izquierda como la predominante. Por ello, los expertos han señalado que dicha mutación podría ser un determinante de cara a qué lado de nuestro cuerpo nos será más útil a lo largo de nuestra vida.

Este proyecto se ha realizado en el Reino Unido, donde se ha contado con la participación de más de 350.000 personas, de las cuales unas 40.000 eran zurdas. Esta proporción es mayor de la que existe en el mundo real, donde se calcula que el porcentaje de zocatos debe situarse entre el 10 y el 15%. Con ello, se pretendía encontrar “variantes raras” en los genes, entre las que se ha encontrado la aquí citada. Esta alteración genética, que afecta a menos de un 1% de la población, impulsa la producción de algunas proteínas diferentes a las que se suelen crear, lo que sería diferencial a la hora de determinar si una persona es zurda o diestra.

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“Las asimetrías de anatomía y función a nivel poblacional surgen en el cerebro humano durante el desarrollo fetal”, señala la investigación publicada por nature communications. Sus autores, un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Psicolingüística, han destacado el hecho de que estas variantes pueden proporcionar ”información potencial sobre los mecanismos de formación del eje izquierda-derecha en el cerebro, así como sobre la susceptibilidad genética a los trastornos cerebrales”.

La ciencia ya había encontrado previamente otras variantes genéticas comunes asociadas. De hecho, la confirmación de este fenómeno no tardó en producirse cuando se realizaron una serie de estudios analizando a gemelos y a familias de zurdos, mostrando una mayor heredabilidad. Sin embargo, cómo el ADN a la lateralidad y nuestra preferencia a la hora de usar un lado u otro sigue siendo un misterio pendiente de explicar.

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Por otro lado, los expertos no han dejado a un lado los componentes ambientales que también pueden tener una gran influencia, comenzando por el entorno que rodea al recién nacido y el aprendizaje del menor. Asimismo, los investigadores neerlandeses han subrayado que, si bien la tasa de zurdos puede variar entre el 2 y el 14% en diferentes regiones del mundo, se ha deducido que esta divergencia”refleja el uso forzado de la mano derecha en algunas culturas”.

Incluso en España, por ejemplo, se trataba de eliminar la zurdera de los niños, a los que se les ataba la mano útil a la espalda para que aprendieran a escribir con la derecha. A estos se les conocía como zurdos contrariados, fácilmente identificables por usar, a lo mejor, manos distintas para realizar acciones cotidianas. Esta represión podía tener en ocasiones consecuencias para los niños, como dificultades en la expresión oral y escrita, el aprendizaje o el equilibrio.