Primero fue el aceite de oliva y ahora el chocolate. Alimentos que hasta hace unos meses estaban al alcance de todos los bolsillos se están convirtiendo en productos ‘aspiracionales’ a los que cada vez menos ciudadanos pueden acceder debido a que sus precios se han disparado.
En el caso del chocolate, estas subidas aún no se han reflejado en toda su magnitud en los lineales de las tiendas y los supermercados, pero lo harán en los próximos meses debido a que el precio de su principal ingrediente, el cacao, se ha disparado más de un 230% en el último año y duplicado su máximo histórico hasta alcanzar la semana pasada los 10.000 dólares (9.214 euros) la tonelada. Doce meses antes cotizaba a 2.900 dólares (2.672 euros).
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“Nos enfrentamos a una grave crisis en el mercado del cacao para los próximos meses”, advierte Diego Morín, analista de IG, provocada por problemas climáticos generados por el fenómeno de El Niño, las malas cosechas en la principal región productora, África occidental, y el escaso aumento de su producción en otras áreas en que se cultiva.
Según calcula la Organización Internacional del Cacao existe un déficit de oferta de cacao superior a las 370.000 toneladas para 2024, lo que impulsará los precios. A todo ello se suma cierta inestabilidad política en los países productores y “la especulación alrededor del cacao que continúa vigente”, indica Morín.
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Golosos, los grandes damnificados
Esta situación tiene unos claros damnificados, los golosos, que verán como el precio del chocolate se dispara a niveles nunca vistos impulsados también por la subida del azúcar, el otro ingrediente clave del chocolate, que se ha encarecido un 16% en los dos últimos años.
“Los precios del chocolate aumentarán a medida que se reduzcan las existencias de cacao de bajo precio”, indica Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión y trading eToro. Advierte que tanto los fabricantes como los distribuidores de chocolate empiezan a repercutir a los consumidores los costes más elevados, como “ya se empezó a ver en el precio de los turrones las pasadas Navidades”.
A su juicio, la subida del cacao también provocará que productores como Hershey y Nestlé puedan “ajustar y reducir” el cacao en las recetas de sus productos y “ajustar los envases para amortiguar el golpe de los precios”, lo que afectará a los consumidores.
Más subidas
La subida irá a más en los próximos meses, ya que la oferta seguirá siendo escasa debido a que la próxima cosecha no se produce hasta octubre y los árboles nuevos tardan cinco años en madurar, por lo que “el chocolate podría ser aún más caro en la Semana Santa de 2025 si las enfermedades del cacaotero y las inclemencias del tiempo prolongan el déficit en medio de los altos precios del azúcar”, vaticina la analista de Bloomberg Intelligence, Diana Gomes.
A ello se suma que el suministro de cacao podría verse aún más comprometido al entrar en vigor las normas de la Unión Europea destinadas a impedir la comercialización de productos que contribuyan a la deforestación. Así, en opinión de Laidler, “los altos precios del chocolate están aquí para quedarse, ya que los productores y los minoristas tendrán que reponer sus existencias a precios más altos”.
También Diego Morín reconoce que “mucho deberían cambiar las cosas para que los precios vuelvan a estabilizarse”. La única alternativa que ve, por el momento, es “el cacao de Latinoamérica”.