Los avances en tecnología y en las aplicaciones disponibles para los dispositivos electrónicos han favorecido la comunicación, han reducido una distancia de miles de kilómetros a un simple click. Sin embargo, este avance a veces queda lastrado por las faltas de cortesía y educación. Esto es lo que ha ocurrido en una conversación entre un hostelero y un cliente, que se ha viralizado en la red social X y que pone de manifiesto esta realidad y ofrece lecciones valiosas sobre la importancia del compromiso y la empatía en las reservas de servicios.
El protagonista de esta historia es Óscar, responsable del restaurante Las Cumbres, quien se vio en la necesidad de contactar a un cliente a través de WhatsApp, ya que éste había hecho una reserva y, sin previo aviso, no había aparecido. La educación y firmeza de Óscar al enfrentar la falta de consideración de este cliente, y su posterior publicación en redes sociales, han desatado un amplio debate sobre las prácticas adecuadas al hacer reservas y el impacto negativo que las cancelaciones de último minuto o las ausencias sin aviso previo pueden tener en los negocios de hostelería.
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La historia comienza cuando Óscar envía un mensaje al cliente recordándole sobre su reserva: “Buenas tardes, soy Óscar, de Las Cumbres. Tenemos una reserva”, a lo cual el cliente responde disculpándose por su olvido y cancelación tardía. La situación se agrava al revelarse que la cocina había preparado un plato de arroz de marisco casi listo para servir, comprometiendo recursos tanto de tiempo como de materia prima.
Óscar, aprovechando este desafortunado evento, decide explicar la preparación de sus platos y el esfuerzo implicado. “La base del arroz se prepara durante la mañana para que, cuando lleguéis, lo tengáis en la mesa en 20 minutos”, explicó Óscar al cliente. Además, señaló los efectos negativos que actitudes como esta tienen para el restaurante, no solo en términos de ingresos perdidos sino también en el desperdicio de comida y en los esfuerzos del equipo de cocina. Óscar reveló que, debido a la reserva incumplida, el restaurante tuvo que rechazar a otros clientes potenciales, perdiendo así la oportunidad de optimizar su ocupación ese día crucial que es el domingo para la hostelería.
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Este intercambio de mensajes, compartido por el restaurante en X, no tardó en convertirse en un tema de interés, acumulando más de 450.000 visualizaciones y generando una discusión importante en la comunidad virtual. Muchos usuarios aplaudieron la paciencia y educación de Óscar, reflejando la frustración colectiva con situaciones similares que muchos otros establecimientos gastronómicos experimentan regularmente. “Creo que ha tenido toda la educación que le falta a la otra persona”, “Yo no hubiese tenido tanta paciencia” y “Demasiado educado has sido. No saben lo que se pierden con tu arroz”, son algunos de los comentarios que los seguidores dejaron en la publicación, mostrando un claro apoyo hacia la postura de Óscar y lamentando la falta de consideración del cliente.
blockquote class="twitter-tweet">Estas cosas son demasiado habituales.
— Restaurante Las Cumbres (@Rlascumbres) March 25, 2024
Por favor,si no vas a poder acudir a un restaurante y tienes la reserva hecha,una llamada no cuesta nada. pic.twitter.com/oI585qFrPQ
La viralización de la respuesta de Óscar ante esta falta de compromiso por parte de un cliente resalta un problema recurrente que afecta a la industria de la hospitalidad: la falta de reconocimiento y empatía hacia el esfuerzo que los negocios gastronómicos ponen en cada servicio que ofrecen. En un momento en el que estos establecimientos buscan recuperarse y estabilizarse, la conducta de los clientes juega un rol crucial en su éxito o fracaso.
La historia de Óscar sirve no solo para poner en relieve la educación y el profesionalismo con el que manejó una situación complicada, sino también para recordar la importancia de ejercer responsabilidad y respeto mutuo en todas nuestras interacciones. En un mundo cada vez más conectado, donde las reservas se pueden hacer (y cancelar) en cuestión de segundos, tales lecciones sobre cortesía y empatía nunca han sido más relevantes.