El mundo está comenzando a llenarse de personas que, tras ir un par de meses a terapia, dicen que van a comenzar a priorizarse, a ser egoístas, a ponerse (por fin) en primer lugar. Sus necesidades van primero, como si no hubiese sido así siempre. La pandemia de la salud mental ha llevado a todo tipo de personalidades a la consulta, un espacio que parece haberse convertido en un centro comercial de pedanía en el que cualquier excusa vale para reafirmarse a uno mismo.
La victoria anterior está siendo enturbiada por las personalidades que banalizan la experiencia para ejercer el monopolio del egocentrismo. En ese espectro vital se encuentra Such Brave Girls, la serie que llega este martes en exclusiva a Filmin. La ficción (producida por A24, el gigante estadounidense de cine independiente detrás de películas como Todo a la vez en todas partes y Vidas pasadas o series como Euphoria) se estrenó el pasado noviembre en la BBC Three y llega a España con la premisa de presentar a una familia disfuncional intentando navegar por los océanos coyunturales.
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Sus protagonistas son Josie (Kat Sadler, que también es la creadora la serie), Billie (Lizzie Davidson) y Deb (Louise Brealey): tres mujeres que sólo buscan un poco de cariño y atención mientras lidian con sus problemas bajo un mismo techo. Su narcisismo difiere en forma, pero no en contenido: Josie está descubriendo su sexualidad, y a sí misma, y emplea sus traumas como vía de escape; Billie está obsesionada con su exnovio Nicky y hará lo que sea por recuperarle, perdiendo el foco de qué es lo quiere para ella; Deb, su madre, sigue lidiando con su marido ausente y con las dificultades económicas de tener que hacerse cargo de dos adolescentes con diversos desequilibrios mentales.
Such Brave Girls nace, precisamente, de la familia. Kat y Lizzie son hermanas en la vida real y, en plena pandemia, comenzaron a jugar con la idea de trasladar sus dramas a la pequeña pantalla. En la primavera de 2020, la primera iba a ser ingresada en un centro psiquiátrico y la segunda había acumulado una deuda de 20.000 libras. De esa llamada telefónica nació una de las series más frescas y divertidas del año. “Siempre encontramos la absurdidad en todo, es nuestra forma de afrontar los problemas”, cuenta su creadora. Es ese espíritu gamberro y absurdo el que la convierte en una rara avis dentro del mundo audiovisual, además de en un visionado imprescindible para los amantes del irónico humor británico, siempre tan soez y directo.
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“Aunque los personajes sean ficticios, los traumas de los que hablamos nacen de nuestras realidades, y eso nos da la autoridad de hacer las bromas que hacemos”, explica Sadler, que se reapropia de sus miserias vitales para conformar una comedia salvaje que ironiza con la terapia y con los problemas emocionales de los centennials. Todo es lo suficientemente grave como para gritar a los cuatro vientos que tienes que buscar una psicóloga y que tu vida es un caos esotérico, sobre todo cuando lo único que importa son tus problemas. “Espero que algunas personas se vean representadas o se sientan menos solas. El mundo es un lugar aterrador y, si puedo hacer que las cosas sean un poco más divertidas, me doy por satisfecha”, declara Sadler.
La ficción es un híbrido entre el humor emocional y crudo de Fleabag y la expresividad grotesca de Girls. En ambas series, las mujeres son imperfectas y rudas, seres humanos al límite de sus capacidades intentando encontrarle el sentido a una vida que se complica a cada instante. Con la voluntad de hablar de una generación rota por las expectativas (y sin esperanza en el futuro), Such Brave Girls agiganta las problemáticas coyunturales para hacer humor del despropósito.
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