Los corticoides orales, también conocidos como corticosteroides sistémicos, son medicamentos que se utilizan comúnmente para tratar una variedad de condiciones médicas debido a sus potentes propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras. Estos fármacos son análogos sintéticos de las hormonas corticosteroides producidas naturalmente por las glándulas suprarrenales, como el cortisol. A pesar de sus beneficios terapéuticos significativos, los corticoides orales pueden estar asociados con una serie de efectos secundarios que deben ser considerados y monitoreados cuidadosamente por los profesionales de la salud y los pacientes.
Los corticoides orales funcionan principalmente al unirse a receptores específicos en las células diana, lo que modula la expresión génica y regula la respuesta inflamatoria del cuerpo, como explica Medline Plus. Estos medicamentos se utilizan en una amplia gama de condiciones médicas, incluyendo enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, enfermedades respiratorias como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), trastornos dermatológicos como el eccema y la psoriasis, así como en enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
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Efectos secundarios comunes
Pese a su eficacia terapéutica, los corticoides orales pueden causar una serie de efectos secundarios indeseables, como todos los medicamentos. Algunos de los más comunes y que recoge la Clínica Mayo son los siguientes:
- Aumento del apetito y peso. Los corticoides pueden provocar un aumento del apetito y cambios en el metabolismo que resultan en ganancia de peso.
- Retención de líquidos. Estos medicamentos pueden causar retención de sodio y agua, lo que lleva a hinchazón y edema.
- Hipertensión arterial. La retención de líquidos y otros mecanismos pueden contribuir al desarrollo de hipertensión arterial en algunos pacientes.
- Osteoporosis. El uso prolongado de corticoides puede interferir con el metabolismo óseo, aumentando el riesgo de osteoporosis y fracturas.
- Supresión del sistema inmunológico. La acción inmunosupresora de los corticoides puede aumentar la susceptibilidad a infecciones.
- Trastornos gastrointestinales. Los corticoides orales pueden causar irritación gástrica, úlceras pépticas y otros problemas digestivos.
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Es esencial que los pacientes bajo tratamiento con corticoides orales sean vigilados de forma regular por un profesional de la salud para identificar y manejar posibles efectos secundarios. Se aconseja seguir pautas como realizar chequeos periódicos de presión arterial, glucosa en sangre y densidad ósea, mantener una alimentación balanceada, hacer ejercicio regularmente para controlar el peso, tomar suplementos de calcio y vitamina D para prevenir la osteoporosis, cumplir estrictamente las indicaciones del médico en cuanto a la dosis y duración del tratamiento, y comunicar de inmediato cualquier síntoma nuevo o preocupante al médico.
De esta manera, los corticoides orales son medicamentos efectivos para tratar diversas condiciones médicas, pero su uso prolongado puede estar asociado con efectos secundarios significativos. Con un monitoreo adecuado y un manejo cuidadoso, es posible minimizar estos riesgos y maximizar los beneficios terapéuticos de estos fármacos.