En el corazón de París, en el noveno distrito, se encuentra una pequeña boulangerie que ha dado vida a una revolución gastronómica. Esta revolución tiene nombre y apellido: el “crookie”, una deliciosa y novedosa combinación entre un croissant y un cookie de chocolate que está capturando los paladares y la imaginación de todos. Lo que empezó como una curiosidad en una red social, específicamente en TikTok, se ha convertido en un fenómeno comercial que atrae a centenares de jóvenes cada día.
Todo comenzó con una publicación que superó los 2,6 millones de visualizaciones, en la que el influencer Johan Papz se deleitaba con un crookie, lo que desató una avalancha de interés hacia la Boulangerie Louvard, dirigida por el panadero Stéphane Louvard. “Se volvió una locura a una velocidad impresionante. En los días posteriores, ya no había nada para vender después de las cinco de la tarde”, comenta Louvard.
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Desde las 4 de la madrugada, Stéphane ya se encuentra trabajando incansablemente frente al horno y el mezclador, asombrado por la demanda inesperada de su creación: “Cuando comencé a vender este producto, en 2022, vendía alrededor de treinta por día. Ahora estamos hablando de aproximadamente 1.800. ¡Es incomprensible!”. El crookie, que se vende por 5,90 euros en su tienda, no solo se ha convertido en un éxito de ventas sino también en un objeto de imitación por parte de grandes cadenas de distribución como Picard y Leclerc. “No lo patenté, pero lo que me sorprende es haber sido el primero en pensar en ello”, afirma Louvard.
Esta creación culinaria nace en un contexto en el que la innovación y la creatividad se han vuelto esenciales para destacar en el competitivo mundo de la gastronomía francesa y, particularmente, en la repostería, donde la tradición juega un papel importante. El crookie logra fusionar dos amores universales: la mantequilla del croissant y la dulzura irresistible del chocolate del cookie, creando una experiencia única en el paladar.
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La historia detrás de este invento refleja no solo el ingenio de su creador sino también la influencia que las redes sociales pueden tener en el éxito de un producto. Con solo un video, la Boulangerie Louvard ha visto cómo su producción diaria se disparaba, requiriendo un esfuerzo titánico por parte de Louvard y su equipo para satisfacer la demanda casi interminable.
Fusión entre creatividad y tradición
Pero más allá del fenómeno de ventas y de las largas colas que se forman cada día frente a esta panadería, el crookie se ha convertido en un símbolo de innovación en la cocina y en la repostería. Ha demostrado que aún en las tradiciones más arraigadas, como lo es la repostería francesa, hay espacio para la creatividad y la experimentación.
La Boulangerie Louvard continua recibiendo a sus entusiastas clientes, muchos de los cuales hacen largas colas desde temprano para probar un crookie. Este pequeño pedazo de innovación culinaria ha traspasado fronteras, convirtiéndose en una sensación mundial y un testimonio del poder de la creatividad y del sabor universal del chocolate y la mantequilla. Por ahora, el futuro parece brillante, y muy dulce, para Stéphane Louvard y su ahora icónico crookie.