Acercándose el ecuador de la segunda parte, la grada del Santiago Bernabéu no estaba especialmente contenta con la actuación arbitral que arrojaba el Real Madrid - Sevilla de este domingo. Los gritos y silbidos en contra de los colegiados estaban a la orden del día. Sobre todo, después de que en la primera mitad se decidiera anular un gol de Lucas Vázquez, al considerarse que hubo falta previa de Nacho sobre En-Nesyri en la jugada de ese 1-0 fugaz. Tras revisar la acción en el VAR, el tanto desapareció del marcador. La rabia que arrojó esta decisión, en el minuto 10 del encuentro, todavía se arrastraba en el 61, cuando el árbitro volvió a ser protagonista. Esta vez, por algo que no se ve todos los días: una lesión.
"Que salga Negreira, que salga Negreira..."
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) February 25, 2024
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De repente, Isidro Díaz de Mera empezó a dolerse del gemelo. No tardó en darse cuenta de que no podía continuar dirigiendo el partido, con la acción detenida hasta que se solucionó el percance. Una vez que quedó claro que el principal tenía que abandonar el terreno de juego, su sustituto hizo acto de presencia inmediatamente. Se trató de Carlos Fernández Buergo, un cuarto árbitro que pasó a ser el primero de un momento a otro. Y que, por lo ocurrido, debutó, sin esperarlo, al frente de un choque de LaLiga.
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A sus 29 años, el joven trencilla asturiano, un habitual de la categoría inmediatamente anterior al profesionalismo, dispuso de mando en plaza en Primera de forma iniciática, en uno de los campos más exigentes que hay para arbitrar en España. Durante algo más de media hora, no le faltó trabajo. En absoluto. Sacó una amarilla a Ocampos por falta sobre Lucas; dio por bueno el gol decisivo de Luka Modric en el 81 (tuvo que revisarlo por posible fuera de juego de Rüdiger); decretó ocho minutos de descuento y sacó dos amarillas más al Sevilla: a Nianzou por una entrada a Ceballos y a Sow por falta a Kroos.
Fernández Buergo acumula, hasta la fecha, 98 encuentros a sus espaldas. Sobre todo, en la hoy conocida como Primera Federación, la Segunda B de toda la vida. También ha arbitrado en la Copa del Rey (dos veces) y en la promoción de ascenso a Segunda (una). Su estreno en la máxima competición española, por los problemas físicos de su compañero, lleva a preguntarse qué dice la normativa ante casos como este.
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¿Cómo se actúa cuando el árbitro se lesiona?
Si atendemos al Reglamento General de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), encontramos hasta dos citas significativas, en relación con este dilema. Para empezar, el punto 3 de su artículo 189, dedicado a los equipos arbitrales en las competiciones profesionales, expone lo siguiente: “El/la cuarto/a árbitro asistirá al/ a la principal en todo momento y actuará en el supuesto de que, una vez iniciado el partido de que se trate, alguno de los/as tres responsables oficiales del mismo no esté en condiciones de seguir haciéndolo por causa o accidente ajenos a su voluntad”.
Aún es más revelador lo que encontramos en el artículo 260 del Reglamento, que habla de las funciones del árbitro. El punto 4 de este afirma: “Tratándose de partidos en que intervengan clubs de Primera, Segunda División, Primera RFEF o Primera División Femenina, actuará el/la cuarto/a árbitro como principal en los supuestos que prevé el artículo 189 del presente Reglamento”.
El punto 5 sentencia el asunto: “En todas las demás clases de partidos en general, si una vez comenzado el encuentro le sobreviniera al/a la árbitro imposibilidad para actuar por causa o accidente ajenos a su voluntad, será sustituido por el/la asistente que, entre los/as dos designados/as, esté adscrito a superior categoría arbitral, quedando el/la otro/a en su condición de tal; si bien el/la sustituto/a del principal podrá decidir, si lo estimara conveniente y cupiera la posibilidad, que intervenga como segundo/a asistente, cualquier/a árbitro con credencial federativa en vigor que se encontrase presente en las instalaciones deportivas”.