Nuevo avance para el diagnóstico del ictus: un equipo de oftalmólogos de la New York Eye and Ear Infirmary of Mount Sinai (Estados Unidos) ha creado un innovador protocolo que detecta rápidamente un accidente cerebrovascular y acelera la atención para prevenir la pérdida irreversible de la visión. El estudio, publicado en la revista Ophthalmology, muestra como el uso de imágenes de retina de alta resolución en la sala de emergencias, junto con una consulta remota rápida, permite confirmar el diagnóstico y acelerar la atención, mejorando los resultados de los pacientes con accidente cerebrovascular y preservando la visión.
De esta forma, el protocolo implementa imágenes de retina altamente sensibles en el punto de entrada del paciente al sistema médico, lo que reduce la necesidad de consultas de Oftalmología en el lugar, que a menudo no están disponibles de forma inmediata. De hecho, la pérdida repentina e indolora de la visión en un ojo puede ser un signo de un derrame cerebral, también conocido como oclusión de la arteria central de la retina, que ocurre cuando la arteria principal que suministra sangre a la retina está bloqueada, generalmente por un coágulo, privando a la retina de oxígeno.
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Opera de forma similar a un derrame cerebral en el cerebro. Las células nerviosas de la retina que le permiten ver mueren en cuestión de horas a menos que se restablezca el flujo sanguíneo. El coágulo debe disolverse lo antes posible, idealmente dentro de las 6 a 12 horas posteriores a la pérdida de la visión, o provocará una pérdida permanente de la visión.
Para acelerar la atención, el Departamento de Oftalmología de Mount Sinai ha lanzado un Servicio de Accidentes Cerebrovasculares y desarrollado un protocolo de tratamiento para los pacientes. Se colocaron dispositivos de imágenes oculares de alta tecnología que utilizan tomografía de coherencia óptica (OCT) en tres hospitales del Sistema de Salud Mount Sinai que cuentan con grandes salas de emergencia y equipos de accidentes cerebrovasculares. El diagnóstico por imágenes OCT es una forma no invasiva de detectar cambios microscópicos en la retina a los pocos minutos de una obstrucción, lo que permite un diagnóstico rápido para un tratamiento preciso.
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Cuando un paciente llega a urgencias con un posible ictus ocular, se llama urgentemente al servicio de ictus para evaluar al paciente y realizar la exploración. Envían electrónicamente las imágenes a especialistas en retina de guardia remotos que pueden hacer un diagnóstico instantáneo. Si los especialistas en retina confirman un diagnóstico de accidente cerebrovascular, los neurorradiólogos intervencionistas vasculares pueden disolver el coágulo con una infusión de activador del plasminógeno tisular (tPA), un fármaco que disuelve los coágulos, en la arteria oftálmica bloqueada.
Este modelo se puede implementar fácilmente en cualquier país donde haya un equipo de accidentes cerebrovasculares disponible. La cámara OCT semiautomática y el equipo de consulta remota pueden acelerar el diagnóstico para estas emergencias oculares urgentes.
(Información elaborada por Europa Press)