Un farmacéutico explica el sencillo truco para tragarse las pastillas de medicamentos

Nadie duda del poder mágico que pueden llegar a tener ciertos analgésicos para calmar o eliminar el dolor. Sin embargo, tragarse una pastilla puede convertirse en un verdadero desafío para ciertas personas. Estos fármacos encapsulados o compactados en píldoras pueden convertirse en un infierno, especialmente si la pastilla en cuestión es grande o tiene un sabor poco agradable. Trocear la pastilla, aplastarla con una cuchara o mezclarla con comida son algunas de las técnicas más comunes para intentar ingerir estos comprimidos. Toda martingala es poca para lograr apaciguar el dolor. Por eso, el farmacéutico Guillermo Martín, popularmente conocido en redes como @farmaceutico_guille, desvela el enésimo truco infalible para conseguir tragar todo tipo de pastillas.

“¿Te cuesta tragarte las pastillas? Lo estás haciendo mal”, empieza Guille. Por norma general, para aquellos que sí que pueden ingerir comprimidos, primero va la pastilla a la boca y, a continuación, un buen trago -o dos- de líquido, preferiblemente agua, que ayude a hacerla bajar más suavemente por la garganta. Pero “esto es un error”, afirma el autor del vídeo.

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Por absurdo que parezca, hay que “cambiar este recipiente”, explica el farmacéutico refiriéndose al vaso contenedor del agua. “Lo suyo es hacerlo con un vaso de Jägger [o, lo que es lo mismo, un vaso de chupito]”, recomienda mientras muestra cómo se hace. Así, Guille echa la pastilla dentro del vaso de Jägger lleno de agua y se lo toma de un solo trago, como si de un chupito se tratara. “Y ya está. De esta forma ni te enterarás de que te lo estás tragando”, sentencia.

Los más de 400 mil seguidores que Guillermo Martín acumula en TikTok no dudaron en bromear sobre la recomendación del farmacéutico. “Haré caso y tomaré la pastilla con Jägger”, escribe uno. “El vaso de Jägger. ¿Pero con Jägger o con agua?”, guasea otro.

El proceso de deglución, es decir, el proceso mediante el cual tragamos alimentos y líquidos, es un fenómeno ordinario pero vital que implica una secuencia coordinada de eventos musculares. Gracias a estos, se permite el paso seguro de alimentos y líquidos desde la boca hasta el estómago. Durante esta acción, una estructura denominada epiglotis juega un papel crucial al plegarse para cubrir la entrada de la tráquea, asegurando así que los alimentos y líquidos se desplacen correctamente hacia el esófago en lugar de ingresar al conducto respiratorio. En general, cuando tragamos, toda la musculatura se relaja para facilitar el paso de las sustancias. Sin embargo, hay dos causas que pueden dificultar la ejecución de este proceso.

Cuando dicho impedimento tiene un origen físico se conoce con el nombre de disfagia. Esta condición médica dificulta o impide la normal deglución, ya no solo de pastillas, sino de cualquier otro alimento. Además, el tamaño y la forma de la pastilla pueden influir, ya que pastillas grandes o con formas irregulares pueden ser incómodas o difíciles de tragar.

Por otro lado, hay ciertos factores psicológicos, como la ansiedad o el miedo a atragantarse, que también juegan un papel fundamental. Cuando nuestro cuerpo tiene la sensación de que puede estar bajo peligro, activa un mecanismo de defensa que, en vez de relajar los músculos, los contrae, generando así tensión y bloqueo, de manera que se producen alteraciones en la musculatura de la garganta. En algunos casos, la falta de experiencia o la técnica incorrecta al tragar pastillas puede contribuir a estas complicaciones. Por eso, es importante abordar este problema con técnicas adecuadas de ingesta o consultar a un profesional de la salud si se presentan dificultades persistentes.