La integración de la tecnología en los sistemas educativos ha experimentado un auge significativo en las últimas décadas, transformando profundamente los métodos de enseñanza y aprendizaje en los colegios. Esta adopción tecnológica no solo ha modificado el entorno físico del aula, sino que también ha diversificado las herramientas de enseñanza disponibles para profesores y alumnos, abriendo un amplio rango de posibilidades educativas.
Sin embargo, la digitalización de la educación enfrenta diversos desafíos. Uno de los principales es garantizar el acceso equitativo a la tecnología para todos los estudiantes, evitando así profundizar las brechas socioeconómicas existentes. Además, la formación docente en el uso pedagógico de las nuevas tecnologías se presenta como un aspecto crucial para maximizar sus beneficios en el proceso educativo.
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Otro de los problemas de los que alertan varios expertos es que la introducción de la tecnología, tanto en el ámbito educativo como en tantos aspectos de la vida, nos está alejando de escribir a mano, con las desventajas que ello conlleva. Un equipo de investigadores de la Universidad de Noruega ha publicado un estudio en la revista Frontiers in Psychology que ha demostrado que escribir a mano crea una mayor conectividad en el cerebro que escribir en el teclado.
Los expertos recopilaron datos de electroencefalogramas (EEG) de 36 estudiantes universitarios que tuvieron que escribir a mano y en teclado repetidas veces distintas palabras que aparecían en una pantalla. Los registros de los EEG midieron la actividad eléctrica del cerebro de los estudiantes y registraron una alta intensidad, mediante los 256 sensores cosidos en una red y colocados sobre la cabeza durante cinco segundos para cada indicación.
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Cuando los participantes del estudio escribían a mano, la conectividad entre las regiones del cerebro aumentaba, al contrario de cuando tecleaban. “Nuestros hallazgos sugieren que la información visual y de movimiento obtenida a través de movimientos de la mano controlados con precisión cuando se usa un bolígrafo contribuye en gran medida a los patrones de conectividad del cerebro que promueven el aprendizaje”, comenta la profesora Audrey van der Meer, investigadora del cerebro de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.
Pese a que los participantes usaron bolígrafos digitales para escribir en una pantalla, los expertos creen que los resultados podrían ser bastante similares si se usara un bolígrafo convencional sobre un papel. Esto podría explicar por qué los niños que han aprendido a escribir y leer en una tablet pueden tener dificultades para diferenciar letras que son imágenes especulares entre sí, como ‘b’ y ‘d’. Esto se debe a que no han “sentido” el producir esas letras.
Al mismo tiempo, los científicos advirtieron que también es importante mantenerse al día con los avances tecnológicos en continuo desarrollo. Esto incluye la conciencia de qué forma de escribir ofrece más ventajas y en qué circunstancias. Existe cierta evidencia de que los estudiantes aprenden más y recuerdan mejor cuando toman apuntes escritos a mano, mientras que usar un ordenador con teclado puede ser más práctico cuando escriben un texto o ensayo largo, concluye el trabajo.
(Con información de Europa Press)