¿Por qué se producen las metástasis del cáncer de mama? Descubren una proteína clave en su desarrollo

Es una proteína que se encuentra en aquellos cánceres de mama refractarios a los tratamientos iniciales

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Doctora observando una mamografía (Shutterstock)
Doctora observando una mamografía (Shutterstock)

La metástasis en el cáncer de mama se produce cuando las células cancerosas se desprenden del tumor original en la mama y viajan a otras partes del cuerpo a través del sistema linfático o el torrente sanguíneo. Los lugares más comunes de metástasis del cáncer de mama incluyen los huesos, el hígado, los pulmones y el cerebro.

La presencia de metástasis indica una etapa avanzada de cáncer de mama y puede requerir un tratamiento sistémico que involucre medicamentos que se pueden administrar por vía oral o directamente en el torrente sanguíneo para alcanzar las células cancerosas en todo el cuerpo. Las opciones de tratamiento pueden incluir quimioterapia, terapia hormonal, terapia biológica y radioterapia, dependiendo de la ubicación y la extensión de la metástasis, así como de las características específicas del cáncer.

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Con todo ello, ¿qué es lo que hace que esas células cancerosas se trasladen a otras partes del cuerpo? Un equipo de investigadores franco-estadounidenses dirigido por el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (CRNS por sus siglas en francés) ha descubierto una proteína clave que podría explicar el desarrollo de la metástasis.

Se trata de una proteína que se encuentra de forma abundante en los cánceres de mama que no responden a los tratamientos iniciales. Según publican en la revista científica Cell Discovery, investigar esta proteína SMYD2 podría evitar la propagación de la metástasis y aumentar la supervivencia de las pacientes.

Imagen de archivo de una
Imagen de archivo de una doctora al observar una radiografía de diagnóstico de cáncer de mama (EFE/Nathalia Aguilar)

La SMYD2 propaga la actividad de las células malignas y estimula a la proteína BCAR3, en parte responsable de la capacidad de adhesión y migración de las células cancerosas metastásicas. Los experimentos in vitro muestran que el desarrollo de estas células y su capacidad para migrar e invadir los tejidos circundantes requiere la presencia y actividad de SMYD2.

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De esta forma, los científicos intentaron inhibir SMYD2 en ratones con cáncer de mama en etapa primaria. Un análisis comparativo del desarrollo de un cáncer en ratones tratados y no tratados reveló una correlación entre la inhibición de SMYD2, el bloqueo de su acción sobre BCAR3 y la ausencia de metástasis.

Estos resultados son un primer paso convincente hacia el desarrollo de un tratamiento temprano para prevenir el desarrollo de metástasis en el cáncer de mama. Así, un tratamiento preventivo de este tipo daría al equipo médico más tiempo para identificar e implementar una terapia eficaz para tratar el tumor primario o encontrar una alternativa para los tumores refractarios.

La gestión del cáncer de mama metastásico se centra no solo en el control del crecimiento del cáncer sino también en la mejora de la calidad de vida de la paciente, el manejo del dolor y los síntomas asociados con la enfermedad y sus tratamientos. La investigación en este campo continúa avanzando, buscando terapias más efectivas y específicas que puedan ofrecer mejores resultados a largo plazo.

Episodio: Prevención del cáncer.

El cáncer de mama en España

1 de cada 8 mujeres en España desarrollarán cáncer de mama, según el grupo de investigación GEICAM. El cáncer de mama es uno de los tipos de cáncer más comunes entre las mujeres en España, siendo una de las principales causas de muerte por cáncer en este grupo. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en los últimos años se ha registrado un incremento en el número de casos diagnosticados, aunque también se ha observado una mejora en las tasas de supervivencia gracias al avance en los métodos de detección temprana y los tratamientos disponibles.

La detección temprana a través de programas de cribado mediante mamografías juega un papel crucial en el diagnóstico precoz del cáncer de mama. Estos programas están dirigidos a mujeres de ciertas edades, generalmente entre los 50 y 69 años, aunque la edad puede variar ligeramente en diferentes comunidades autónomas. Detectar el cáncer en sus etapas iniciales aumenta significativamente las posibilidades de éxito del tratamiento y la supervivencia.

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