Cada vez hay más jóvenes que sufren infartos. Es poco frecuente que una persona de 20 años padezca un infarto, pero sobre todo a partir de los 30 sí se ven infartos, y la incidencia en nuestro país está aumentado, así como en otros lugares del mundo”, explica doctor Alfonso Valle Muñoz, cardiólogo en el Hospital La Salud de Valencia en una entrevista con Infosalus.
El doctor recuerda que los infartos son más habituales a partir de los 45-50 años en los hombres; mientras que en las mujeres a partir de la menopausia, a partir de los 50-55 años, donde se equipara su incidencia a la de los hombres. Sin embargo, cada vez hay más casos en edades más tempranas. El estilo de vida es el principal responsable, sobre todo cuando hay sedentarismo y malos hábitos, aunque en algunos casos la genética también está detrás. Y es que desde que somos muy pequeños se produce el acúmulo de grasas y de colesterol, así como de otras sustancias dañinas en nuestras arterias, lo que se conoce como ‘aterosclerosis’.
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Otro aspecto clave para el médico es la crisis que sufrió el sistema sanitario español durante la pandemia. de COVID-19, de manera que ha fallado el control de esos factores de riesgo antes citados: “Ese paciente con colesterol que no se ha hecho analítica en año y medio, o ese descontrol que ha habido en la prevención no se paga en el 2020 o 2021, sino más adelante, y es por ello por lo que en estos años estamos viendo una mayor mortalidad de infartos en personas jóvenes”.
Cómo prevenir un infarto
Tras un infarto se da una mayor supervivencia en los jóvenes, y el pronóstico de aquellos que ingresan con infarto mantiene una baja tasa de mortalidad tanto intrahospitalaria (1,2%), como en el seguimiento (2%); a la vez que en los mayores de 45 años estas cifras suelen ser más elevadas, del 6,9% intrahospitalario.
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El cardiólogo asegura que “la mayor parte de infartos se podrían prevenir” si se mantienen unos hábitos de vida saludables. Recuerda aquí, además, que desde la Fundación Española del Corazón (FEC) se estima que “uno de cada tres españoles”, al menos, tiene dos factores de riesgo (colesterol, diabetes, hipertensión, fumador, entre otros). “El estilo de vida cardiosaludable, la dieta mediterránea, y el ejercicio físico son primordiales a la hora de prevenir uno de estos episodios. Muchas veces no se hace lo que se tiene que hacer y esto es una inversión en el medio-largo plazo. Entonces, si no empiezo desde joven a hacer bien las cosas, las consecuencias vienen de forma más precoz”, explica.
El deporte representa un factor protector a la hora de prevenir los infartos. “Es la mejor medicina o pastilla que podemos tener para tener controlados los factores de riesgo y evitar este tipo de situaciones”, explica Valle, pero recuerda que “en deportes de intensidad alta o de una carga alta, como los ultra maratones, por ejemplo, que ahora están de moda, en un paciente de mediana edad sin hábito deportivo previo, hay que valorar cómo está el corazón antes de estas experiencias extremas”.
Cómo reconocer los síntomas de un infarto en jóvenes
“Los síntomas de infarto son un dolor opresivo en el centro del pecho, que a veces se va hacia el cuello o el hombro, brusco, y con intensidad alta. En los más jóvenes, además, los síntomas son casi más intensos, más abruptos, que en los pacientes de más edad”, explica el experto.
En el caso de las mujeres detalla que está más que demostrado que en estas se atienden peor los infartos y se mueren más que los hombres. “Normalmente, la mujer la sintomatología la aguanta mejor que los hombres, y esto hace que vayan con retraso al hospital, un punto clave porque cuanto más tardemos en solicitar tratamiento, las cosas irán a peor”, lamenta el cardiólogo.
Por otra parte, dice que las mujeres tienen más síntomas larvados que los hombres, lo que a su vez favorece el que el profesional sanitario no piense en el infarto en primera instancia, cuando, de nuevo, recuerda que el tiempo juega un papel clave: “En la mujer el dolor no es tan típico, sino que es más larvado, lo cuentan peor. A veces es más un cuadro de fatiga que de dolor torácico, y por otra parte puede darse una menor intensidad en los síntomas. También, las mujeres aguantan mejor el dolor que los varones”.