![Hongo candida (Shutterstock)](https://www.infobae.com/new-resizer/vb8anT81NH2i0-tFFFtvYOWpjHQ=/420x236/filters:format(webp):quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/XXDKRGELIZES5KQPQPC7DH45EY.jpg 420w)
Las muertes por infecciones de hongos representan el 6,8% de todas las muertes mundiales. Un problema de salud pública que cada vez preocupa más, pues ha pasado de causar 2 millones de muertes hace diez años en todo el mundo a doblar esta cifra en la actualidad: 3,8 millones. Si lo ponemos en perspectiva, las muertes fúngicas no son cosa menor, pues los accidentes cerebrovasculares suponen el 16% del total de muertes mundiales, seguidas por los accidentes cerebrovasculares con un 11%.
Según datos publicados en la revista Lancet Infectious Diseases, la neumonía es responsable de unos 2.600.000 fallecimientos anuales a nivel mundial, incluyendo casos originados por hongos, mientras que la tuberculosis causa aproximadamente 1.208.000 muertes, de las cuales alrededor de 340.000 se deben a enfermedades fúngicas no identificadas. Estas cifras se estiman teniendo en cuenta tanto los casos diagnosticados y tratados como aquellos no detectados. A pesar de los avances en el diagnóstico de infecciones fúngicas durante la última década, persisten limitaciones en la accesibilidad y uso de dichas pruebas, especialmente en países de ingresos bajos.
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Como ejemplo, Sudáfrica dispone de recursos para diagnosticar la meningitis fúngica y la infección por hongos Candida en el torrente sanguíneo, pero carece de herramientas para identificar las causadas por Aspergillus, un hongo muy prevalente. El diagnóstico tardío o la ausencia de detección de infecciones serias por Aspergillus, que debería ocurrir idealmente dentro de las 48 horas, se traduce en un número elevado de muertes evitables cada año.
![Hongo (Shutterstock)](https://www.infobae.com/new-resizer/98R7v7RnKCN5EgySCSiCE-8g7mw=/420x315/filters:format(webp):quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/5LTC63I5CFAQ3OALR3DFHAWD2U.jpg 420w)
Las cepas Aspergillus fumigatus y Aspergillus flavus son particularmente letales, causando infecciones pulmonares en personas con asma, tuberculosis, cáncer de pulmón, leucemia, destinatarios de trasplantes y pacientes en cuidados intensivos. El bajo reconocimiento y diagnóstico de estas patologías fúngicas o su tardía identificación son causas de mortalidad, sumado a la carencia de pruebas diagnósticas rápidas y la escasez de antifúngicos eficientes. Los métodos tradicionales a base de cultivos sólo detectan un tercio de las infecciones.
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Las pruebas disponibles para detectar las infecciones por hongos
La resistencia a los antifúngicos está aumentando, agravada por la aplicación de fungicidas en cultivos. Candida, otro agente patógeno fúngico, es responsable de sepsis y se encuentran habitualmente en el torrente sanguíneo relacionado con diabetes, insuficiencia renal o postoperatorios. Aunque forma parte del microbioma intestinal, puede causar infecciones graves si ingresa al torrente sanguíneo. Cada año, se registran 1,5 millones de casos de infección seria por Candida globalmente, y las pruebas actuales solo identifican el 40% de las infecciones mortales.
Las infecciones fúngicas contribuyen a la mortalidad derivada del SIDA, causando aproximadamente 300.000 fallecimientos. Se están llevando a cabo iniciativas globales para erradicar la meningitis criptocócica como causa de muerte, donde destaca el trabajo de entidades como los CDC de EE. UU. y la OMS. En áreas como África y el Sudeste Asiático, es crucial un mayor esfuerzo para diagnosticar adecuadamente la histoplasmosis, a menudo confundida o coexistente con la tuberculosis, para tratar efectivamente esta infección por Histoplasma tan fatal.