Hablar de un portero con mayúsculas en la historia del waterpolo español conduce, sin discusión, a alabar a Jesús Rollán. El madrileño, tristemente fallecido en 2006, fue uno de los líderes de la gran generación dorada de este deporte en nuestro país, que tantas alegrías dio al deporte nacional entre los años 90 y principios del siglo XXI. Su palmarés con la selección habla por sí solo: campeón olímpico en 1996 y subcampeón en 1992, campeón del mundo en 1998 y 2001 y plata en 1994 y 1991, subcampeón de Europa en 1991 y bronce continental en 1993. Hasta la fecha, tal estrellato en la portería acuática española no había sido igualado. No hasta el punto al que lo consigue Unai Aguirre.
Otra parada más de Unai Aguirre y van una docena
— Teledeporte (@teledeporte) January 14, 2024
¡Qué exhibición en la portería de La Bestia! España gana 4-1 a Italia en el tercer cuarto
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Con apenas 21 años, el barcelonés se está ganando a pulso marcar una época. Dani López Pinedo e Iñaki Aguilar cumplieron muy dignamente bajo palos en el equipo nacional, pero el chaval está consiguiendo superar sus méritos a una velocidad inusitada. De hecho, Aguirre tomó el relevo del primero de ellos, tanto con España como a nivel de clubes, en el prestigioso Barceloneta. Y lo hizo, desde el primer momento, con el mayor de los descaros, acumulando éxitos como internacional desde su primera gran competición, los Juegos Olímpicos de Tokio. En 2021, la medalla fue de chocolate (cuarto puesto). Después, llegarían las de verdad.
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En 2022, Aguirre y sus compañeros celebraron nada menos que un título mundial. Después, llegaron un bronce en el Europeo, ese mismo año, y otro mundialista, en 2023. Con un nuevo Mundial y la cita olímpica de París 2024 a la vuelta de la esquina, la asignatura pendiente de ser campeones de Europa, algo que nunca se ha conseguido, puede caer en el olvido este martes (desde las 20:15 horas). Croacia es el último obstáculo para que España reine por fin en el Viejo Continente. Y muchas de las opciones de triunfo, en una final que se prevé a cara de perro, pasan por nuestro cancerbero: es el principal baluarte en este campeonato.
Friki del juego y hasta goleador si se tercia
Aguirre tiene el talento para detener balones en la sangre. Su padre, Roberto, también fue guardameta. En su caso, en el fútbol, militando en las categorías inferiores del Espanyol. De hecho, Unai llegó a compaginar la piscina con el césped, haciendo sus pinitos en las porterías del deporte rey. Finalmente, se decantó por un waterpolo que le apasiona hasta a niveles casi enfermizos. A pesar de lo joven que es, se ha convertido en todo un estudioso del juego: no le pesa en absoluto pasarse horas y horas viendo vídeos que le sirven para analizar al dedillo a sus rivales.
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La dedicación de la principal estrella de España en este Europeo es plena a todos los niveles. En el agua, predica con el ejemplo, por supuesto, con sus actuaciones. La última, en las semifinales contra Italia, fue de esas que se merecen la etiqueta de antológicas: cuando se mandaba por 4-1 en el tercer cuarto, Aguirre ya llevaba una docena de paradas. “Si fallaba yo, tenía los brazos de los compañeros y si fallaban ellos, estaba yo. Ha sido una gozada jugarlo, lo he disfrutado un montón”, aseguró en declaraciones a la RFEN.
Por si no fuese suficiente con lo que consigue de forma efectiva, resultando una auténtica roca bajo palos, Unai suma muchísimo, además, en lo anímico. Tan sólo hay que fijarse en su gestualidad en pleno partido. Una cargada de carácter y que suele levantar ampollas entre quienes no juegan junto a él, porque Aguirre es capaz de galvanizar a los suyos en cualquier situación.
En el caso de que coloque su particular muro ante los croatas, habrá mucho camino ganado. La única derrota en este torneo llegó precisamente en el debut, frente a los balcánicos y en los penaltis. Ellos son los anfitriones y vigentes campeones: lo tienen todo a favor. Sin embargo, el factor Unai Aguirre nunca puede desdeñarse de antemano. Para muestra, lo que le hizo a Montenegro, combinado al que le marcó un gol de puerta a puerta ni corto ni perezoso y casi por la escuadra.
Los genios son así. Y Aguirre es especial, mucho, cuando se coloca el casco para defender la meta española con uñas y dientes. Dejen de buscar: si en algún momento hubo alguien capacitado para ser definido como el heredero de Jesús Rollán, ese es Unai. ¿Lo mejor? Que le queda mucha trayectoria como waterpolista por delante para seguir demostrándolo.