La mucosidad protege nuestra nariz y los senos nasales del polvo y las bacterias, actuando como una barrera que impide la entrada a nuestro organismo. Por ello, el color de la secreción nasal varía dependiendo de la labor que está realizando o de cómo se encuentre nuestro cuerpo. Por ejemplo, en función de la enfermedad que padezcamos, produciremos un color u otro de moco (transparente, verde, amarillo...), incluso de textura.
Mucosidad transparente
El cuerpo humano produce diariamente cerca de 1.4 litros de moco claro, que se compone de agua, proteínas, anticuerpos y sales, por lo que este tipo de mocos son saludables o “normales”. Este líquido juega un papel crucial en el revestimiento y protección de las fosas nasales y termina disolviéndose al llegar al estómago.
La rinitis alérgica, conocida como fiebre del heno, es una condición que provoca una secreción nasal líquida y clara, pero a diferencia de los resfriados, no es ocasionada por virus sino por la reacción del organismo a alérgenos como el polen, el pelo de mascotas o los ácaros del polvo. Además, durante el embarazo puede presentarse la rinitis no alérgica, un fenómeno causado por alteraciones hormonales que puede presentarse en cualquier etapa de la gestación y que suele remitir algunas semanas después del parto.
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Mucosidad blanca
Si estamos congestionados, es muy probable que nuestros mocos sean blancos, puesto que la mucosidad pierde su contenido de agua y se vuelve más espesa y turbia, señales de que estamos padeciendo un resfriado o algún tipo de infección. Los síntomas del resfriado, además de esos mocos blancos, son dolor de garganta, congestión, tos, estornudos, dolores leves de cuerpo y dolor de cabeza.
Mucosidad verde
Cuando el sistema inmunitario necesita combatir una infección, la mucosidad se vuelve verde y especialmente espesa, ya que son los glóbulos blancos muertos. Sin embargo, puede ocurrir que la infección sea viral y no bacteriana y no sea necesario acudir al médico.
Si el resfriado perdura durante más de 10 días, entonces debemos plantearnos visitar a un profesional de la salud, ya que es posible que se requieran tratamientos para combatir la infección sinusual bacteriana. Más aún, si esta mucosidad verde se acompaña de otros síntomas como fiebre, dolor de cabeza o náuseas.
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Mucosidad amarilla
Si nuestros mocos son amarillos, significa que tenemos algún tipo de virus y nuestro cuerpo se está defendiendo. Las células son las que ofrecen ese color amarillento a la mucosidad mientras luchan contra los gérmenes.
Mucosidad con sangre
Cuando los mocos se presentan rojizos, es porque contienen sangre. Los motivos por los que sangramos por la nariz son muy variados, desde habernos sonado demasiado o haber sufrido un golpe. Las mujeres embarazadas también pueden experimentar algunos episodios de sangrado nasal, debido al mayor volumen de hormonas o por la inflamación de las vías nasales.
Mucosidad negra
Aunque no es tan común, algunos fumadores o personas que viven en zonas muy contaminadas pueden tener mucosidad negra. En raras ocasiones, los mocos negros son un síntoma de alerta de una infección por hongos. Si observamos este color al sonarnos la nariz, debemos consultar con nuestro médico.