Pau Brunet, el niño de 10 años que explica su vida con el autismo: “No me define, solo me impulsa a ser más fuerte”

El joven explica en redes sociales la experiencia con su trastorno del espectro autista para enseñar a la gente sobre esta afección

Pau Brunet (@PauPautista) en su entrevista con TEDx Sitges

Una de cada cien personas en el mundo tienen un trastorno del espectro autista (TEA), según la OMS. El autismo se da de formas diversas y se caracteriza por la dificultad (en mayor o menor medida) en la interacción social y la comunicación. Contra esta adversidad particular, la de comunicarse, se enfrenta Pau Brunet a través de las redes sociales: con tan solo diez años, este niño busca enseñar a la gente sobre el autismo a través de distintos vídeos en los que habla de su experiencia particular con el autismo.

Brunet, conocido como Pautista (@PauPautista) en YouTube, Instagram y TikTok, cuenta en su charla TEDx, realizada en un formato de entrevista, que para él, el autismo no es más que “una forma diferente de ver el mundo y sentirlo”. Su trabajo en redes sociales, siempre supervisado por sus padres, lo realiza “para enseñar a la gente sobre autismo” e intentar ayudar a la gente que conoce personas con TEA. Deja claro desde el principio que se trata de un espectro o “condición de vida”: “Si hay algún autista que es igual que yo, no lo conozco”.

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Compara el autismo como una paleta de colores: “Hay muchos tipos de amarillos, de azules, de rojos... de cada color”. En concreto, este trastorno se clasifica en tres grados, según su gravedad y complejidad, siendo el primero el más “fácil de tratar” y el tercero el más grave y más complejo. Aunque, sin importar la gravedad, explica que la receta clave para tratar los TEA se basa en la terapia, el amor y el cariño.

“No me noto a mí mismo”

Brunet estaría dentro del primer grado. Eso quiere decir, por ejemplo, que es una persona verbal, es decir, capaz de comunicarse a través del habla. Otros entro del mismo trastorno no serían capaces de hacerlo, aunque sí comunicarse a través de gestos, ordenadores, la escritura u otros tipos de expresiones.

En su caso particular, el autismo le afecta de tres maneras concretas: en la memoria (”puedo tener unos mil datos curiosos en la mente, pero no me puedo acordar de los días de la semana”), en el aspecto sensorial (usa auriculares porque no soporta el sonido) y en el cognitivo. “Básicamente, yo no me noto a mí mismo”, explica en relación a la última. Como ejemplo, pide al público que cierre los ojos y le explique en qué posición se encuentra su cuerpo. “Si yo lo hiciera, necesitaría un movimiento para saberlo”.

Específicamente, esto le ha causado problemas con la comida. “No noto estar lleno, pero sí noto tener hambre, entonces me lleno y al final vomito”, relata.

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Cuando una persona con TEA se pone nerviosa, utiliza lo que se conoce como estereotipias, que Brunet define como “una forma de autorregularse”. En su caso, utiliza algo que define “aleteo”, en el que mueve las manos rápidamente hasta conseguir calmarse. “Hay muchos tipos de estereotipias, un salto, un movimiento leve... puede ser de todo”.

“Si no lo vives, no lo puedes sentir del todo”

Imagen de Pau Brunet con su perro (PauPautista)

Brunet estudia ahora 5º de Primaria en una escuela pública, donde asegura que le va “muy bien”. Aunque es capaz de hablar sin problema con personas mayores, reconoce que le cuesta relacionarse con los niños de su edad. “No sé si es porque yo digo cosas que no les interesan”, se pregunta, “ellos están hablando del fútbol o cosas así, mientras que yo les hablo del calentamiento global”.

Brunet hace por explicarse y que la gente entienda su situación, aunque sabe que “si no lo vives, no lo puedes sentir del todo”. Se siente más comprendido por su hermana, que también es autista, pero sabe que su madre y sus profesores lo tienen más difícil.

Con todo, él se considera una persona común, pues prefiere no usar el término “normal”. " Si existe algo normal existe algo subnormal, y a mí no me gusta esa palabra”, explica. Para él, el mundo se encuentra “en la era de la aceptación” y asegura sentirse aceptado, aunque “no mucho, porque se sigue usando la palabra (subnormal) en muchos casos”.

Mi autismo no me define, solo me impulsa a ser más fuerte, más creativo y más valiente. Aunque a veces las cosas sean difíciles para mí, siempre encuentro una manera de superar los obstáculos. Quizás mi forma de comportarme sea diferente, pero tengo mucho amor y talento para ofrecer al mundo. Solo necesito que me entiendan y la oportunidad de brillar”, concluye.

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