El agua embotellada puede contener cientos de miles de microplásticos

Un estudio demuestra que un litro de agua embotellada contiene en torno a 240.000 nanoplásticos

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Botellas de agua (Shutterstock)
Botellas de agua (Shutterstock)

El agua embotellada puede contener cientos de miles de pequeños trozos de plástico no identificados hasta ahora, según un estudio realizado por un equipo de investigadores del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (EEUU) y publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’.

En los últimos años, no ha dejado de crecer la preocupación por el hecho de que estas pequeñas partículas conocidas como microplásticos estén apareciendo en todas partes de la Tierra, desde el hielo polar hasta el suelo, el agua potable y los alimentos. Estas partículas, que se forman cuando los plásticos se descomponen en trozos cada vez más pequeños, están siendo consumidas por los humanos y otras especies animales, hasta el punto de encontrarse en el agua embotellada.

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Mediante una novedosa tecnología, este grupo de investigadores ha abierto el camino a un nuevo foco de investigación: los nanoplásticos, aquellos microplásticos que se han descompuesto aún más. Así, descubrieron que, en promedio, un litro de agua contenía unos 240.000 fragmentos de plástico detectables, entre 10 y 100 veces más que las estimaciones anteriores, que se basaban principalmente en tamaños más grandes.

Microplásticos en la arena de la playa (Shutterstock)
Microplásticos en la arena de la playa (Shutterstock)

La producción mundial de plástico se acerca a los 400 millones de toneladas métricas al año. De ese total, se estima que más de 30 millones de toneladas se vierten anualmente al agua o a la tierra, y muchos productos fabricados con plásticos desprenden partículas mientras aún están en uso. A diferencia de la materia orgánica natural, la mayoría de los plásticos no se descomponen en sustancias relativamente benignas; simplemente se dividen y se vuelven a dividir en partículas cada vez más pequeñas de la misma composición química. Más allá de las moléculas individuales, no existe límite teórico sobre cómo de pequeñas pueden llegar a ser.

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En 2018, los plásticos en el agua embotellada ya se convirtieron en un problema público tras la publicación de un estudio que detectó un promedio de 325 partículas por litro. Los científicos sospechaban que había incluso más de los que habían contado hasta el momento, pero las buenas estimaciones se limitaban a tamaños inferiores a 1 micrómetro, el límite del nanomundo. Con esta reciente investigación de la Universidad de Columbia, las sospechas se han confirmado.

¿Qué impacto tiene en la salud consumir microplásticos?

En 2018, la Fundéu escogió “microplástico” como palabra del año y, desde entonces, no ha perdido vigencia. De hecho, España se enfrenta actualmente a una crisis ecológica por el vertido de pellets en las costas de Galicia, Asturias y Cantabria. Todavía no existe un consenso en la comunidad científica sobre los efectos de estos microplásticos en la salud humana, aunque sí alertan de su impacto en el ecosistema.

La Fiscalía de Medioambiente investiga el vertido de pellets en las costas gallegas.

Sin embargo, aunque aún no se han encontrado evidencias que determinen que los microplásticos representen un riesgo para nuestra salud, el caso de los nanoplásticos es diferente. Son tan pequeños que, a diferencia de los microplásticos, pueden pasar a través de los intestinos y los pulmones directamente al torrente sanguíneo y desde allí viajar a órganos como el corazón y el cerebro. Además, son capaces de invadir células individuales y atravesar la placenta hasta los cuerpos de los fetos.

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