Madrid gasta dos millones en sillones de dentistas para colocarlos en consultas denunciadas ante Trabajo por incumplir la normativa

El sindicato AMYTS asegura que estos sillones tienen asociada una maquinaria industrial que debe estar en otra sala. Sanidad niega las acusaciones, pero reconoce que “se actuará en el menor tiempo posible para desplazar a ubicaciones colindantes los sistemas de aspiración”

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Uno de los nuevos sillones odontológicos de un centro de salud de Madrid
Uno de los nuevos sillones odontológicos de un centro de salud de Madrid

El Gobierno regional que preside Isabel Díaz Ayuso formalizó el pasado mes de octubre un contrato por el que adquirió 123 nuevos sillones odontológicos destinados a los gabinetes bucodentales que hay en algunos centros de salud, los típicos asientos donde son atendidos los pacientes. El coste fue de 2.081.685 euros (16.900 euros cada uno). Dos meses después, en diciembre de 2023, el sindicato AMYTS decidió denunciar ante el Organismo Estatal de la Inspección de Trabajo que las consultas donde se han instalado y donde tienen que trabajar los 158 dentistas públicos que hay en la región incumplen la normativa de espacio, ruido y riesgo biológico. La Consejería de Sanidad asegura, por contra, que los sillones cumplen toda la normativa vigente.

Desde AMYTS, la organización más votada en las últimas elecciones sindicales del Servicio Madrileño de Salud, aseguran que si estas consultas dentales estuvieran en una clínica privada y fueran inspeccionadas por Ordenación Sanitaria (el servicio de control de la Consejería de Sanidad), esta tendría que clausurar el centro. La cuestión es bastante técnica, pero se resume de la siguiente manera. Según la denuncia del sindicato, “hemos detectado que en muchos de los gabinetes de las Unidades de Salud Bucodental de Atención Primaria existen instalaciones que contravienen la normativa que regula los requisitos de dichos espacios, la Orden 1158/2018, de 7 de noviembre, y que entran en conflicto con la normativa a cumplir derivada de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales”.

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“Es decir, que el espacio físico que hay en muchas consultas es insuficiente para atender con garantía a los pacientes que acuden al dentista público”, señala la vocal del sector de odontología de AMYTS. Una situación que se ha agravado con la compra de estos nuevos sillones, que limitan aún más ese espacio en muchos casos. La foto superior que ilustra esta información es el mejor ejemplo. “Al ubicar el sillón en posición horizontal, el profesional no puede situarse tras la cabeza del paciente, lo cual es necesario para la prestación de la asistencia”.

Pero el verdadero problema está en la maquinaria industrial que tiene asociada todo sillón, como el compresor y el motor de aspiración. “Para que todo el mundo lo entienda, es el motor que hace que funcione el sistema de succión que quita saliva y sangre de la boca durante una intervención”. Actualmente, en algunas consultas, estos sistemas están ubicados dentro de la propia zona asistencial, en lugar de estar en otra zona diferenciada, en otra sala, como marca la normativa. “Con los nuevos sillones se ha generado este problema en muchos gabinetes donde no existía previamente”, afirma la odontóloga. Además, “esta maquinaria genera un alto nivel de ruido, por lo que es necesario poner de referencia el Real Decreto 286/2006, de 10 de marzo, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al ruido, en el cual se concretan los niveles de exposición diaria fijando unos valores límite de 87 decibelios”, señala la denuncia.

En un círculo negro, el motor de aspiración de uno de los nuevos sillones, que según AMYTS debería estar fuera de la consulta
En un círculo negro, el motor de aspiración de uno de los nuevos sillones, que según AMYTS debería estar fuera de la consulta

AMYTS insiste en que los motores de aspiración no deberían estar en la misma consulta, sino fuera de la zona asistencial en otro espacio distinto, “una zona de instalaciones y servicios generales. Esto nos lleva al incumplimiento del RD 664/1997 de Riesgo Biológico”, concluye la denuncia de AMYTS. Un portavoz de la Consejería de Sanidad asegura que “es relevante mencionar que algunas consultas ya contaban con sistemas de aspiración ubicados dentro del gabinete odontológico antes de esta actualización. Respecto a la normativa mencionada, es fundamental destacar que esta exige que los sillones odontológicos estén equipados con un sistema de aspiración, pero no especifica explícitamente la ubicación de estos sistemas”.

Sanidad niega las acusaciones

Sanidad insiste en que se cumple con la normativa, “ya que estos sistemas de aspiración están dotados de recuperadores de amalgama, garantizando así la gestión adecuada de residuos específicos, como se detalla en el reglamento europeo 2017/852. Es importante aclarar que, aunque la ubicación específica de los sistemas de aspiración no esté detallada en la normativa, fuimos previsibles ante esta situación y se exigió desde el inicio del expediente de contratación de los sillones que estos contaran con campanas insonorizantes y filtros HEPA, para asegurar la calidad del aire”. La consejería reconoce, no obstante, que “se actuará en el menor tiempo posible para desplazar a ubicaciones colindantes los sistemas de aspiración”.

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Sanidad recalca que la normativa 1158/2018, de 7 de noviembre, establece “que el sillón odontológico debe estar equipado con un sistema de aspiración, como es el caso. No establece dónde se debe ubicar. La ficha técnica del motor de aspiración establece valores de ruido de hasta 54 decibelios gracias a la campana de insonorización que llevan incorporada. A modo indicativo, una campana extractora de una cocina doméstica tiene un nivel sonoro cercano a los 55 decibelios”. AMYTS insiste en que muchos de estos gabinetes dentales tienen dentro de los mismos los elementos destinados al procesado y almacenamiento de residuos, zona de sucio y limpieza, además de incumplir el requisito de suelo y techos lisos, lavables y resistentes a desinfectantes.

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“La realidad es que existen gabinetes bucodentales con motores de aspiración dentro, con compresores dentro, con autoclaves dentro. Estos últimos son los aparatos que se usan para esterilizar. Todos ellos tienen que estar ubicados fuera del gabinete donde se atiende a los pacientes. Y a cualquier clínica privada que incumpla esto le clausuran hasta que lo solvente. Si no tenemos respuesta de la Inspección de Trabajo, tendremos que acudir a Ordenación Sanitaria, que es quien realiza las inspecciones en las clínicas privadas. La normativa es la misma para todos. Ya partíamos de una situación mala y en algunos casos ha empeorado con estas nuevas instalaciones”, concluyen desde AMYTS, que han detectado irregularidades en la práctica totalidad de los gabinetes dentales ubicados en los centros de salud, como en Tres Cantos, Colmenar Viejo Norte, Miraflores, Algete, V Centenario, Sanchinarro, Juan de la Cierva, Pinto, Isabel II, Jaime Vera, Miguel de Cervantes, Juan de Austria, Canal de Panamá, Lucero, Daroca, Collado Villalba Estación, Las Águilas, Castroviejo y San Carlos.

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