La gripe sigue haciendo estragos en España. Según los datos de Sanidad, los contagios vuelven a crecer esta semana, siendo la gripe y el covid los virus más presentes entre la población española. En concreto, en los últimos siete días se han registrado hasta 952,9 casos de infección respiratoria aguda en Atención Primaria (IRAs) por cada 100.000 habitantes, es decir, prácticamente 30 puntos más que en la semana previa.
Los datos muestran, además, que los bebés con menos de un año de vida son el grupo más afectado, seguidos de los niños de entre 1 y 4 años. Asimismo, el Ministerio de Sanidad indica que el síndrome gripal sigue creciendo en nuestro país, mientras que la bronquiolitis desciende.
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Ante esta epidemia gripal que colapsa los hospitales españoles es fundamental seguir las recomendaciones de los médicos y poner en práctica todo remedio casero que haya sido avalado por la ciencia para atenuar los síntomas y fomentar la recuperación. En este sentido, también es clave qué alimentos no consumir, ya que pueden empeorar la enfermedad y/o poner obstáculos a la vuelta a la normalidad.
Alimentos a evitar cuando tienes gripe
Los expertos sanitarios de Medical News Today señalan los cinco alimentos a evitar:
- Alcohol: el consumo de alcohol deshidrata del cuerpo e influye de manera decisiva en el buen funcionamiento del sistema inmune. Además, tal y como explica el doctor Colleen Tewksbury en un artículo de The New York Times, el alcohol es muy peligroso mientras se toman medicamentos, ya que puede dañar el hígado.
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- Comida procesada: este tipo de alimentos, sobre todo los ultraprocesados, han sido marcados como perjudiciales para la salud en numerosos estudios científicos. De hecho, la investigación titulada Consumption of ultra-processed foods and risk of multimorbidity of cancer and cardiometabolic diseases: a multinational cohort study, y publicada en The Lancet Regional Health en noviembre de 2023, indicó que este tipo de comidas se relacionan con aumento del riesgo de cáncer, diabetes y enfermedades del corazón. En el caso de la gripe, se deben evitar porque tienen elevadas cantidades de sal, aditivos y azúcar. Este cóctel de ingredientes juega un papel clave en la deshidratación (con la gripe siempre hay que estar hidratados), así como en la inflamación intestinal que puede provocar estreñimiento o diarrea, entre otros problemas digestivos.
- Alimentos grasientos: ralentizan el tránsito intestinal, provocando problemas como el estreñimiento y otros trastornos digestivos que aumentan su peligrosidad con la ausencia de actividad física. Cabe señalar que con gripe se recomienda reposo, por lo que la actividad física suele y debe brillar por su ausencia.
- Lácteos: aquellas personas que tengan dificultad para digerir la lactosa o que noten un aumento de sus mocos al consumirla deben evitar tomarla en tiempos de gripe.
- Alimentos con bordes puntiagudos: patatas de bolsa u otros alimentos con bordes en forma de pico pueden rascar la garganta y empeorar los síntomas de respiratorios o de deglución.
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¿Paracetamol o ibuprofeno para la fiebre?
En el tratamiento de la fiebre, el paracetamol y el ibuprofeno, conocidos por sus efectos antipiréticos, son las opciones prevalentes. La selección apropiada de uno frente al otro depende de la valoración integral de la eficacia del medicamento y las condiciones clínicas del paciente. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) recomienda el paracetamol como la opción de primera línea, mientras que el uso del ibuprofeno requiere de cierta cautela en determinados grupos de riesgo. Ambos fármacos han mostrado ser efectivos en la reducción de la temperatura corporal, según evidencia científica actual.
El paracetamol destaca por su perfil de seguridad y se administra comúnmente para aliviar la fiebre en una variedad de pacientes, desde niños hasta adultos. Su mecanismo principal es la inhibición del centro hipotalámico que regula la temperatura. Por otro lado, el ibuprofeno, un antiinflamatorio no esteroideo (AINE), es eficaz en situaciones con inflamación subyacente debido a su propiedad antiinflamatoria, además de sus efectos reduciendo la fiebre. La Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC) aconseja precaución al prescribir ibuprofeno a pacientes con patologías previas que puedan ser exacerbadas por el fármaco.
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Estudios publicados en la revista Medicina Clínica y una revisión sistemática y metaanálisis en Pediatrics han concluido que tanto el paracetamol como el ibuprofeno son igualmente efectivos en el control de la fiebre en niños. No obstante, la elección debe ir más allá de la eficacia antipirética y considerar los posibles efectos secundarios. El paracetamol es preferido en casos con mayor riesgo de reacciones adversas gastrointestinales o hipersensibilidad a los AINE, mientras que el ibuprofeno se recomienda con mesura en pacientes con condiciones cardiovasculares o renales preexistentes.
En resumen, la gestión de la fiebre debe ser individualizada, tomando en cuenta no solo la capacidad de reducir la temperatura sino también el bienestar integral del paciente. Las directrices de la AEMPS y las recomendaciones de la SEFAC proveen el marco para una decisión terapéutica informada, resaltando la importancia de una evaluación detallada del perfil de cada paciente frente a las propiedades de estos medicamentos ampliamente utilizados en la práctica clínica.