La bióloga Ana de la Encarnación, del laboratorio de Clínicas Eva, ha destacado que los parámetros que determinan la calidad del semen (motilidad, concentración y morfología) “han empeorado notablemente en las últimas décadas” debido al estilo de vida y, sobre todo, al estrés, al tabaco y “a la presencia de plástico”.
“Los ftalatos y bisfenoles, moléculas presentes en los objetos básicos de consumo diario, como, por ejemplo, los envases de los alimentos, y de otros productos como cremas y geles, tienen una incidencia directa en la fertilidad masculina”, advierten desde Clínicas Eva, en alusión a un informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas que cifra en más de 2.000 los contaminantes nocivos presentes en el esperma de hombres sanos.
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Aunque la muestra es pequeña (tan solo diez varones), y está reducida geográficamente a Tarragona, se pone sobre la mesa “uno de los grandes problemas de la fertilidad masculina y anima a profundizar en el estudio”. En el semen de diez varones catalanes se encontraron 21 compuestos químicos de diferentes familias, entre ellos, los citados anteriormente. La manera de contaminar el material reproductivo es a través de los alimentos, el agua, geles, jabones y otros productos de aplicación tóxica, mediante un contacto diario y reiterado en el tiempo. Es decir, lo que se conoce como sobreexposición.
Eliminar, en la medida de lo posible, el contacto abusivo con estos contaminantes y procurarse una alimentación limitada en cuanto a conservantes (bebidas azucaradas, conservas y otros productos envasados) puede revertir, aunque no del todo, el proceso. Otro consejo común es abandonar las bebidas alcohólicas y el tabaco y limitar el uso del teléfono móvil.
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En caso de problemas de fertilidad en la pareja, aconsejan acudir al andrólogo para un estudio completo del varón. Es frecuente que la búsqueda de las causas por las que no se logra el embarazo comience por las pruebas femeninas, a pesar de que se sabe que el origen de este problema en la pareja se divide entre el factor femenino y el factor masculino en aproximadamente un 50%.
Para la doctora Egozcue, el estudio del hombre y la mujer en una clínica de fertilidad debe bifurcarse y realizarse en paralelo. Aludiendo, precisamente a los factores externos antes mencionados, la especialista recomienda preparar al varón con un tratamiento antioxidante antes de iniciar la fecundación ‘in vitro’ o la inseminación artificial.
La suplementación con omega 3, coenzima Q10, cúrcuma, selenio, zinc y otros minerales se pautan para intentar reducir la fragmentación espermática e intentar mejorar la calidad del semen y así tratar de aumentar el éxito de los tratamientos. Todo ello siempre después de analizar la calidad del semen mediante un seminograma y un estudio de la capacitación espermática. Con las pruebas en la mano, y teniendo en cuenta otros factores como la edad del hombre, se podrán revertir procesos oxidativos del semen, además de lograr el objetivo de ser padre.