El herpes labial o febril es una de las infecciones virales más frecuentes ya que es relativamente fácil contagiarse de él. Se trata de pequeñas ampollas llenas de líquido sobre los labios que se agrupan y, una vez que se rompen, forman la costra que puede durar varios días. Pasadas dos o tres semanas, el herpes labial se cura sin dejar cicatriz.
El contagio se produce por contacto directo, como los besos. Con frecuencia lo causa el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1) y, en menor medida, el virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2). Ambos tipos de virus pueden infectar la boca o los genitales y se propagan a través del sexo oral. Incluso cuando no hay lesiones visibles, el virus puede transmitirse.
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Aunque no existe cura definitiva para el herpes labial, hay tratamientos que permiten manejar los episodios. Los medicamentos antivirales, ya sean en forma de pastillas o cremas y prescritos por un médico, pueden acelerar la cicatrización de las lesiones y reducir la frecuencia, la duración y la severidad de los brotes futuros.
El desarrollo de un herpes labial suele constar de varias etapas:
- Sensación de hormigueo y picazón: Durante aproximadamente un día antes de que la lesión sea visible, la persona puede experimentar hormigueo, ardor o picazón alrededor de los labios.
- Formación de ampollas: Aparecen pequeñas ampollas llenas de líquido cerca del borde de los labios y, ocasionalmente, alrededor de la nariz, mejillas o dentro de la boca.
- Rotura y costras: Las ampollas pueden agruparse, estallar y formar llagas abiertas que drenan y posteriormente se cubren con costras.
Síntomas del herpes
Los síntomas pueden variar en función de si es el primer brote o una recurrencia del virus. En el primer caso, los síntomas pueden surgir hasta 20 días después de la exposición inicial al virus y las lesiones pueden persistir por varios días, mientras que las ampollas pueden necesitar de dos a tres semanas para sanar totalmente. En los brotes recurrentes, las lesiones suelen aparecer en el mismo lugar y son menos severas.
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Durante el primer brote, es posible que también se presenten los siguientes síntomas:
- Fiebre.
- Dolor de encías.
- Dolor de garganta.
- Dolor de cabeza.
- Dolor muscular.
- Inflamación de los ganglios linfáticos.
En los niños menores de cinco años, el herpes labial puede manifestarse dentro de la boca y ser confundido con aftas, que son úlceras que afectan solo la membrana mucosa y no están causadas por el virus del herpes simple.
El contagio del herpes labial se facilita cuando las lesiones están abiertas y presentan un drenaje, pero también es posible transmitir el virus sin tener ampollas visibles. Hay personas que, a pesar de estar infectadas con el VHS-1, no desarrollan síntomas.
El virus del herpes puede permanecer latente en las células nerviosas de la piel y reactivarse, provocando otro episodio de herpes labial en la misma zona. Algunos factores como infecciones virales, fiebre, cambios hormonales, estrés, fatiga, la exposición al sol o al viento, alteraciones en el sistema inmunitario o lesiones en la piel pueden desencadenar la reactivación del virus.