Con la llegada de las fiestas navideñas, una de las principales preocupaciones culinarias es presentar en la mesa productos de alta calidad que deleiten a los comensales. En este sentido, el marisco se erige como una de las estrellas gastronómicas preferidas y su preparación y conservación son claves para disfrutar de todo su esplendor de sabor y textura.
Comprar marisco fresco justo antes de Navidad puede ser todo un desafío debido a la alta demanda y a los posibles incrementos de precio. Por fortuna, existe una técnica muy útil que permite a los amantes de la buena mesa disfrutar de marisco en perfectas condiciones durante la cena navideña: congelarlo de forma adecuada.
Te puede interesar: ¿Podemos comer un queso que ya tiene moho?
La congelación, si se hace correctamente, es un método eficaz para preservar las características organolépticas del marisco - su sabor, olor y textura característicos.
Consejos
Aquí algunos consejos clave para congelar el marisco y mantenerlo óptimo hasta Navidad:
- Selección y compra: es crucial comprar el marisco cuando se encuentre fresco y de excelente calidad, y mejor aún si está en oferta. Al congelar el marisco fresco en casa, se logra conservar una gran parte de sus propiedades nutritivas y organolépticas, siempre que se empleen las técnicas correctas.
- Limpieza: para mariscos como las gambas, langostinos y cigalas, se recomienda limpiarlos concienzudamente antes de proceder a su congelación. Esto implica retirar las vísceras y demás partes no comestibles, así como lavarlos bajo agua fría para eliminar cualquier residuo.
- Congelación: una vez limpio, se aconseja disponer el marisco en una bandeja o plato separando cada pieza para proceder a su congelación inicial. Una vez los mariscos estén suficientemente duros, se pueden trasladar a bolsas de congelación herméticas, extrayendo todo el aire posible para evitar la formación de quemaduras por frío.
- Almacenamiento a largo plazo: el marisco congelado debe ser almacenado en la parte más fría del congelador, asegurándose de que la temperatura sea uniforme y evitando abrirlo con frecuencia para mantener las condiciones óptimas.
- Descongelación: el proceso de descongelación es igual de importante que la congelación. Se debe realizar de manera controlada, transfiriendo el marisco del congelador al refrigerador horas antes de su preparación, o bajo agua fría para un descongelado más rápido.
Cabe destacar que no todos los mariscos tienen la misma capacidad de preservación. Los percebes y las ostras, por ejemplo, no congelan bien y pierden notablemente su calidad, por lo que se recomienda adquirirlos frescos y consumirlos lo antes posible.
Te puede interesar: El truco de un maestro jamonero para conservar en perfecto estado un jamón ya empezado
Un dato a tener en cuenta para los entusiastas de las recetas navideñas es que la mayoría de las especies de mariscos pueden mantenerse en óptimas condiciones congeladas de un par de semanas a varios meses, dependiendo del tipo de marisco y del proceso de congelación utilizado.
Por último, recuerde siempre etiquetar las bolsas de congelación con la fecha de congelación, para llevar un control adecuado de la duración y asegurarse de consumir el producto cuando aún conserva toda su calidad. Siguiendo estos pasos, podrá sorprender a sus invitados con un manjar marino excepcional, incluso si tiene que congelarlo con semanas de antelación.