Las cataratas son una afección ocular que se caracteriza por la opacidad del cristalino, que es la lente natural del ojo y que está localizada detrás del iris y la pupila. Esta afección es una de las principales causas de disminución de la visión y ceguera en todo el mundo, afectando principalmente a la población adulta y anciana. La visión de las personas con cataratas es como observar a través de un cristal empañado.
La formación de cataratas ocurre cuando las proteínas que componen el cristalino se aglomeran y perturban la claridad con la que debería transmitirse la luz hacia la retina, que es responsable de convertir esa luz en señales que viajan al cerebro y se interpretan como imágenes. Con el tiempo, la catarata puede crecer más densa y nublada, lo que acaba en una visión borrosa y demás problemas visuales.
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Existen varios factores que contribuyen al desarrollo de cataratas. El envejecimiento es quizás el principal, ya que los cambios bioquímicos que se producen en el cristalino a lo largo de los años pueden llevar a la opacidad de este. Otras causas incluyen lesiones oculares, complicaciones de enfermedades como la diabetes, el uso prolongado de ciertos medicamentos como los corticosteroides y la exposición a la radiación ultravioleta.
Los síntomas de las cataratas pueden variar, pero, por normal general, incluyen visión borrosa o nublada, disminución de la visión nocturna, sensibilidad a la luz y halos alrededor de las luces, cambios frecuentes en la prescripción de lentes, y en algunos casos, una notable decoloración amarillenta de la visión. A medida que la catarata se desarrolla, estos síntomas pueden empeorar.
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El diagnóstico de las cataratas se realiza mediante un examen completo de la vista que incluye diferentes pruebas para evaluar la agudeza visual y la salud general del ojo. Una de las pruebas consiste en dilatar las pupilas para examinar el cristalino y detectar la presencia de opacidades.
A su vez, el tratamiento de las cataratas dependerá del grado de afectación visual. En etapas iniciales, cuando los síntomas son leves, se puede optar por una simple actualización de la prescripción de lentes y optar por una iluminación más fuerte. Sin embargo, cuando la calidad de vida del paciente se ve afectada, la principal solución es la cirugía de cataratas, que se lleva a cabo extirpando el cristalino opaco y reemplazándolo por un lente intraocular artificial. La cirugía de cataratas es un procedimiento seguro y efectivo que puede restablecer la visión perdida en la mayoría de los casos.
La prevención de cataratas abarca medidas como el uso de gafas con protección ultravioleta, control de enfermedades sistémicas como la diabetes, evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, y la realización de chequeos oftalmológicos periódicos, especialmente a partir de la mediana edad.
Es importante mencionar que la detección temprana y el tratamiento adecuado pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida de las personas afectadas, permitiéndoles mantener su independencia y sus actividades cotidianas sin limitaciones visuales significativas. Por ello, se recomienda acudir al oftalmólogo ante los primeros signos de disminución en la calidad de la visión o cambios en la percepción de colores e intensidad de luz.