El acoso escolar, la violencia sistemática que sufren casi dos alumnos por clase en España

La pasividad en el entorno de la víctima propician que el bullying se perpetúe en el tiempo

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Aula vacía (Shutterstock)
Aula vacía (Shutterstock)

Casi dos alumnos por clase sufren acoso escolar en España. O lo que es lo mismo, más del 6% de los estudiantes de entre 4º de Primaria y 4ª de Secundaria sufren una violencia sistemática en sus centros educativos. Con estos datos se pone de manifiesto que las campañas educativas y de concienciación no son suficientes, o que su modus operandi no es lo suficientemente eficaz.

El apellido “sistemática” para describir este tipo de acoso es importante para empatizar con la verdadera dimensión de este problema. A diferencia de otras conductas violentas, el bullying se perpetúa en el tiempo (en numerosas ocasiones incluso años) en parte por la pasividad del entorno de la víctima, ya sea por desconocimiento o por apatía. De hecho, el bullying se produce debido a una relación de poder desigual entre el acosador y la víctima, por lo que la intervención de un tercero puede modificar ese desequilibrio y cesar la violencia.

Estos son los datos que se han publicado en eI I Estudio sobre el acoso escolar y el ciberacoso en España en la infancia y la adolescencia que presenta la Fundación ColaCao y la Universidad Complutense de Madrid. La investigación ha recogido una muestra de casi 21.000 estudiantes de las 17 comunidades autónomas, lo que la convierte en uno de los estudios más completos en nuestro país hasta la fecha.

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Aunque los números tienden a presentar una versión “fría” de la realidad, son necesarios para apoyar el discurso contra el acoso escolar y concienciar sobre la verdadera dimensión del problema. Del total de las víctimas, casi el 53% asegura que su aspecto físico es el motivo principal por el que son acosados; la mitad de ellos, por su peso. Los otros motivos más reportados son el desafío a los estereotipos sexistas (chicas que no se comportan según lo socialmente esperado y viceversa), situaciones en los que la víctima está aislada o porque le tienen “envidia”.

Las agresiones más frecuentes (y por las que se empieza) son las verbales. En este amplio grupo, se encuentran desde los motes, las críticas, las burlas o las mentiras; las agresiones físicas o sexuales se presentan con menos frecuencia. Esto puede explicarse porque la mayor parte de las situaciones de acoso se dan dentro del propio centro escolar, en el patio y en las aulas. Aunque también pueden haber situaciones de bullying en las actividades extraescolares, en el autobús o en las redes sociales.

El silencio de las víctimas

María José Díaz-Aguado es catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid y directora del estudio, por lo que buena parte de su trabajo consiste en encontrar posibles soluciones para erradicar el acoso escolar. Y aunque el primer paso es pedir ayuda, 1 de cada 3 nunca se lo cuenta a nadie, por miedo o para no preocupar a sus familiares. De las víctimas que lo cuentan, sobre todo recurren a la madre (77,6%), amistades (72,7%); el padre (63%) y al profesorado (el 52,4%). “Este último resultado es muy importante porque hace dos décadas la tendencia a recurrir al profesorado era muy minoritaria, sobre todo en adolescentes. Se trata de un avance que es preciso generalizar”, comenta Díaz-Aguado.

Niño víctima de bullying (Shutterstock)
Niño víctima de bullying (Shutterstock)

Las campañas anti acoso intentan centrar sus esfuerzos en concienciar sobre el impacto que tiene para la salud mental, incluso ya siendo adultos, haber sido víctima de bullying. Las personas que sufrieron acoso durante su infancia o adolescencia tienden a “internalizar síntomas de inquietud e hiperactividad, problemas con compañeros, conductas autolesivas e ideación suicida”. Este último apunte resulta demoledor, ya que el 20% de los adolescentes víctimas de acoso escolar reconocen haber intentado quitarse la vida.

El suicidio es ya la primera causa de muerte de los jóvenes entre 12 y 29 años en España. Lo particular de este estudio es que también revela las ideas suicidas desde el punto de vista de los acosadores: casi un 17%. La psicóloga lo explica: “En el caso de las víctimas el riesgo de suicidio está relacionado con los trastornos emocionales de internalización, como los síntomas depresivos. Pero los acosadores no tienen más síntomas depresivos que el alumnado que no vive acoso. Parece por tanto formar parte de un esquema general de comportamiento violento y antisocial que lleva a quienes acosan a tener muy disponible la violencia contra sí mismos”.

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El perfil del acosador

Las redes sociales han introducido nuevas formas de ejercer la violencia; la escolar, entre ellas. El ciberacoso puede variar desde burlas o llevarse a planos más graves, como el caso que vivimos en España hace unos meses. Unas chicas de Almendralejo (Extremadura) denunciaron que estaban circulando fotos de ellas desnudas que habían sido creadas con Inteligencia Artificial. Los presuntos culpables, un grupo de chicos que rondaban los 14 años.

Pero, ¿cuál es el perfil del acosador? ¿Existen características comunes entre el bully “tradicional” y la nueva figura del ciberacosador? El estudio refleja que comparten ciertas condiciones de riesgo comunes, como los problemas de conducta, en los expresan su tendencia a “externalizar el malestar a través de distintos tipos de agresión y otras conductas antisociales, síntomas de hiperactividad, problemas con los compañeros, conductas autolesivas y riesgo de suicidio. Tienen también más problemas académicos y peor relación con el profesorado. Esta falta de protagonismo positivo en la escuela puede llevar a buscarlo a través del acoso escolar y el ciberacoso”, cuenta María José Díaz-Aguado.  

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Otras iniciativas contra el acoso escolar

Es cierto que los centros educativos avanzan cada vez más en la sensibilización contra el acoso y en la impartición de talleres y formaciones de prevención. Casi el 80% de los estudiantes recuerda haberlo trabajado en su centro educativo y en torno al 70,5% del alumnado afirma saber a quién pedir ayuda.

Todo tipo de campañas y actividades para concienciar sobre el acoso escolar son bienvenidas y fue a raíz de este estudio cuando surgió La Caja de Arena, una serie de televisión producida por MKTG Spain junto con Buendía Estudios en el marco del Plan 2030 de Apoyo al Deporte Base. Esta producción audiovisual estrenada en Neox y Atresplayer pretende visibilizar el bullying entre adolescentes y el deporte como una herramienta para combatirlo.

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