Martes 21 de enero de 2020. PP y Ciudadanos llevan gobernando cinco meses la Comunidad de Madrid. El coronavirus es todavía una lejana enfermedad asiática. Ese día se conoce que hay seis muertos en la ciudad china de Wuhan y se confirma que esta nueva neumonía se contagia rápidamente entre humanos. Pero Isabel Díaz Ayuso, presidenta madrileña, e Ignacio Aguado, su vicepresidente y líder madrileño de los naranjas, están discutiendo en el despacho de la primera porque Ayuso acaba de nombrar como su nuevo jefe de gabinete a Miguel Ángel Rodríguez, MAR, el todopoderoso y polémico exportavoz de Aznar.
Estando los dos solos, Ayuso argumenta que necesita un cambio porque desea tener un perfil más nacional y confrontar con las políticas de Pedro Sánchez. Sabe que MAR la ayudará en esa función y le dará los titulares que quiere. Ayuso lo reconoce abiertamente. Una presidenta autonómica que anhela tener repercusión nacional. También explica a Aguado que le gustaría, como sus antecesores en el cargo, ser recordada por un hito presidencial. Gallardón había tenido su Metrosur y Aguirre su red de hospitales. Ella también quiere hacer historia. Y para eso ha fichado a MAR.
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Dos meses después, la llegada del covid-19 a España y la rápida propagación de la enfermedad permitieron a Ayuso no solo su consolidación nacional como nueva figura política, también la oportunidad de materializar la ambición que había trasladado a Aguado meses antes en su despacho: ser recordada por los madrileños por algún hito especial. Ese hito llegó el 1 de diciembre de 2020 con la inauguración del hospital Isabel Zendal, “un centro pionero en nuestro país y sin precedentes en Europa. Un auténtico pulmón asistencial, una bomba de oxígeno para los profesionales del conjunto de hospitales del Servicio Madrileño de Salud y del resto de España”, comunicó entonces la Comunidad de Madrid.
Si Gallardón tuvo su Metrosur y Aguirre su red de hospitales en varios municipios, ella se sacaba de la manga esta infraestructura que, según la oposición, ya ha costado entre 170 y 180 millones de euros. Ayuso revelaría después por qué eligió ese nombre, el de una gallega que a principios del siglo XIX se convirtió en la primera enfermera en participar en una misión internacional para llevar la vacuna de la viruela hasta América. Le habló de este personaje uno de los enfermeros que la atendió cuando la presidenta se infectó del coronavirus y se aisló en el apartahotel del empresario Kike Sarasola. A Ayuso le gustó la historia de la enfermera, y sobre todo, su nombre de pila.
El Zendal ha cumplido ahora tres años. Si analizamos los datos de las memorias publicadas hasta ahora (2021 y 2022) de los 25 principales hospitales de la comunidad de Madrid, el Zendal es el segundo que menos pacientes ha tratado en sus dos primeros años: solo 10.195 ingresos, 8.918 en el año 2021 y solo 1.277 en total, una media de 14 diarios en estos dos años. Solo ha tenido menos ingresos el hospital de El Tajo, que atiende a una población de 80.000 vecinos residentes en los municipios de Aranjuez, Villaconejos, Chinchón, Valdelaguna y Colmenar de Oreja. No hay datos de 2023.
La oposición siempre ha denunciado que el Zendal fue una “gran operación de propaganda” de la presidenta que ha necesitado ingentes inversiones económicas sustanciadas en contratos de emergencia (es decir, a dedo). La pregunta que se hacen PSOE y Más Madrid es si todo ese dinero no hubiera sido mejor invertido en potenciar la red de hospitales públicos en lo peor de la pandemia. El diputado de Más Madrid, Eduardo Gutiérrez, tiene hasta la fecha una relación de contratos para que el Zendal haya seguido funcionando estos tres años, con una suma de 169,8 millones de euros. Y eso que la relación es incompleta. Para el diputado socialista Daniel Rubio, “el Zendal representa improvisaciones, ocurrencias, confusión en el mejor de los casos, e incompetencia; y en el peor, desgraciadamente, y esperemos que no sea así, posibles tratos de favor a determinadas empresas”.
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Los datos de ingresos revelan que, en cierta medida, el Zendal (con una superficie de 80.000 metros cuadrados) ha sido infrautilizado. En 2021 solo tuvo un total de 294 camas funcionando, cuando tenía capacidad para 652. En 2022 el centro vivió dos etapas. Hasta el 31 de marzo siguió atendiendo a pacientes con coronavirus. Después se estrenó como centro de media estancia, centro de vacunación y como punto de coordinación de los refugiados de Ucrania. El número de camas operativas empezó ese año con 170 y acabó con 173. Los médicos también disminuyeron de 46 a 11, y las enfermeras, de 392 a 143.
El futuro del Zendal
El Gobierno regional, no obstante, tiene nuevos planes para el hospital Enfermera Isabel Zendal. Quiere en que un futuro inmediato se convierta en un centro de referencia en toda Europa para tratar a pacientes que hayan sufrido lesiones medulares y cerebrales. En sus instalaciones se pondrá en marcha un gran Centro de Neurorrehabilitación Funcional “que será pionero” y en el que se va a atender a pacientes de todas las edades con este tipo de daños.
Este nuevo centro de Neurorrehabilitación Funcional estará ubicado en el pabellón 1 del hospital, donde también se habilitará un centro de atención diurna para pacientes de ELA (esclerosis lateral amiotrófica) hasta que el definitivo para la asistencia integral a estos enfermos esté finalizado en el hospital Puerta de Hierro, en Majadahonda. El Centro de Neurorrehabilitación Funcional está operativo desde finales de 2025, mientras que la unidad de ELA entrará en funcionamiento en el primer trimestre de 2024.