La próstata es una glándula pequeña ubicada por debajo de la vejiga de los hombres y, junto con los testículos y las vesículas seminales, produce el líquido seminal (el semen) que nutre y transporta el esperma. La atraviesa la uretra, que conecta la vejiga con el exterior a través del pene, y permite evacuar la orina.
El cáncer de próstata es uno de los tipos de cáncer más comunes y puede no provocar ningún tipo de síntoma en sus primeras fases. Muchos tumores en la próstata crecen muy lentamente y permanecen limitados a la glándula prostática, sin causar un daño demasiado grave que necesite tratamiento. Otros, en cambio, pueden ser agresivos y diseminarse con cierta rapidez.
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Como todos los tipos de cáncer, su detección temprana incrementa enormemente que no se complique y que el tratamiento tenga éxito. Por ello, es importante prestar atención a los siguientes signos de alerta. Algunos de ellos son los siguientes:
- Dificultad para orinar
- Goteo de orina al final del chorro
- Sensación de no estar vaciando completamente la vejiga
- Orinar con frecuencia y levantarse por la noche para hacerlo
- Pérdidas de orina
- Retención urinaria (tener la vejiga llena y no poder evacuar)
- Dolor durante la erección o la eyaculación
Sin embargo, si el cáncer de próstata ya está muy avanzado, estos síntomas se suman a otros más graves. Entre ellos, la aparición de sangre en la orina y/o en el semen, dolor de huesos, pérdida de peso involuntaria o disfunción eréctil o impotencia, que es la incapacidad para lograr una erección lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales. Este problema puede acarrear estrés y problemas de confianza en el hombre, así como en las relaciones sexuales.
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Existen una serie de factores que aumentan el riesgo de los hombres de padecer cáncer de próstata. La edad avanzada es el primero de ellos, por lo que se recomienda acudir a revisiones médicas a partir de los 50 años. Los antecedentes familiares (diagnósticos en familiares cercanos, como padre, hijo o hermano) aumenta considerablemente el riesgo, incluso si se tienen familiares que hayan padecido cáncer de mama el riesgo de cáncer de próstata puede ser más alto. Además, las personas con obesidad pueden desarrollar un cáncer mucho más agresivo.
Cómo reducir el riesgo de padecer cáncer de próstata
Para reducir el riesgo de cáncer de próstata, se pueden tomar varias medidas siguiendo las recomendaciones de expertos de la salud. Entre ellas se incluyen adoptar una dieta rica en frutas y verduras (enfocándose en alimentos que contienen antioxidantes), mantener un peso saludable a través de la práctica regular de ejercicio físico, reducir la ingesta de grasas de origen animal, aumentar el consumo de alimentos ricos en omega-3 y limitar el consumo de alcohol y evitar el tabaco.
No obstante, es importante realizar chequeos médicos periódicos, incluyendo el examen de antígeno prostático específico (PSA) y examen digital rectal, especialmente en hombres mayores de 50 años o en aquellos con antecedentes familiares de la enfermedad. Algunos suplementos o terapias de reemplazo hormonal pueden conllevar consigo algunos riesgos para la salud.
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