El cocido madrileño es un plato que evoca la herencia culinaria que se ha tejido en las cocinas no solo de Madrid sino de toda España, un mosaico de sabores y culturas que encuentra en la capital un lugar de celebración y disfrute. Este plato emblemático, considerado la síntesis de todos los cocidos españoles, simboliza la capacidad de Madrid de integrar distintas influencias y tradiciones gastronómicas. Desde la adafina sefardita hasta la sofisticada olla podrida medieval, el cocido ha marcado su ruta a través de la historia hasta aterrizar en el Madrid del siglo XVII, con la patata como estandarte.
Reconocidos gastrónomos del pasado y presente han alabado la versión madrileña de este guiso, cuyo espíritu de equidad reflejaba la socieadad de su tiempo, con variantes desde la más noble hasta las más humildes. ¿Dónde disfrutar hoy en día de este festín de sabor y tradición? Aquí te presentamos los cuatro mejores bares y restaurantes de Madrid para degustar este plato tan representativo.
La Bola, con sus raíces en el siglo XIX, es una taberna que resuena con la historia de Madrid, llegando a incluso a servir a la realeza española en sus antiguos días. Este local mantiene la tradición de preparar el cocido sobre brasas de encina y en puchero de barro individual, siguiendo la receta que cimentó su reputación hace más de un siglo gracias a Cándida Santos. A día de hoy, sus bisnietos han mantenido la estirpe y la calidad, pero han sabido adaptar su oferta para satisfacer incluso a clientes de distintas religiones con versiones halal y kosher por encargo.
Lhardy es otro de los templos del cocido madrileño, partícipe de la historia de España. No sólo ha sido un lugar para saborear uno de los mejores cocidos de la ciudad, sino también escenario de acontecimientos e historias clandestinas. Desde su inauguración en el siglo XIX, su capacidad para fusionar lo mejor de la gastronomía centroeuropea con la auténtica cocina madrileña le ha otorgado un sitial de honor entre la oferta culinaria de la capital.
Malacatín y La Gran Tasca
El restaurante Malacatín, fundado a finales del siglo XIX como Vinos Díaz, se precia de un cocido que atrae tanto a locales como a forasteros. La leyenda local dice que “Si te lo acabas, no pagas”, y han sabido mantener su promesa. Este local, lleno de anécdotas que van desde la taquigrafía del nombre hasta el ambiente familiar de su cuarta generación, es un lugar imperdible para buscar un cocido contundente y lleno de cariño.
La Gran Tasca, con una historia que habla directamente al corazón de los comensales más exigentes, es el sitio ideal para sentirse como en casa y disfrutar del detective gourmet de la literatura española, Pepe Carvalho. Con sus 15 ingredientes que conforman el segundo vuelco, La Gran Tasca ha sabido trascender su local original en la calle Ballesta tras mudarse dos veces manteniendo su esencia tradicional madrileña y familiar y, sin duda alguna, su cocido es un must para los visitantes.
Cada uno de estos destinos ofrece no sólo un excepcional cocido madrileño, sino también una profundidad histórica y emocional que complementa la experiencia gastronómica. Los sabores, los establecimientos y la historia se unen para rendir homenaje a un plato que, sin lugar a dudas, se ha erigido en uno de los símbolos de la cultura de Madrid y España.