Las mujeres tienen un 50% de probabilidades de morir por sufrir un infarto (un 20% más que los hombres), lo que es ya la primera causa de muerte en la mujer adulta, según datos de la Fundación Española del Corazón (FEC). En Europa, cada seis minutos fallece una mujer por enfermedad cardiovascular. Pese a que estos datos pueden parecernos y son terroríficos, solo una de cada cuatro considera que las enfermedades del corazón son un peligro mayor que el cáncer.
El infarto de miocardio o ataque al corazón se da cuando se bloquea bruscamente el flujo de sangre que va al corazón. Por norma general, la obstrucción suele deberse a la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las arterias del corazón, llamadas coronarias. Los depósitos de grasa que contienen colesterol se llaman placas y, su proceso de acumulación de placas, ateroesclerosis. Si no se recibe ayuda inmediata, el infarto puede provocar la muerte.
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Los avances de la ciencia no han logrado todavía descifrar por qué se produce esa diferencia tan significativa entre ambos sexos ante las enfermedades cardiovasculares. Incluso los síntomas que alertan de que se va a sufrir un infarto varían si la persona es hombre o mujer, por lo que es importante saber reconocerlos para acudir lo antes posible al médico y evitarlo.
Los síntomas clásicos y comunes tanto en hombres como en mujeres son la dificultad respiratoria, las náuseas y un dolor opresivo en el pecho o en el estómago que puede propagarse al brazo izquierdo, el cuello, la mandíbula o la espalda. En el caso de las mujeres, momentos antes del ataque al corazón pueden sentir un intenso cansancio, falta de aire, mareos o malestar estomacal.
Ahora, un estudio de la Universidad de Arkansas (Estados Unidos) publicado en la revista científica especializada en cardiología Circulation ha revelado que en torno al 40% de las mujeres experimentan síntomas relacionados con la indigestión o el malestar estomacal en el mes previo a sufrir el infarto de miocardio. Con esta investigación, los científicos buscan definir con mayor precisión los síntomas del ataque cardiaco en mujeres para configurar un patrón de señales de advertencia.
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De las mujeres que participaron en el ensayo, cerca del 90% reconocieron haber experimentado múltiples síntomas en el período previo a un ataque cardíaco. Algunas de ellas confesaron haber ignorado estas señales de alerta, mientras que otras que sí que buscaron asistencia médica recibieron un diagnóstico erróneo.
Cómo prevenir un infarto
La Fundación Española del Corazón sostiene que el 90% de los infartos se pueden prevenir si se toman las medidas adecuadas para llevar una vida sana. Algunos factores de riesgo que incrementan enormemente la posibilidad de sufrir afecciones cardiovasculares son llevar un dieta alta en azúcar, grasas animales y trans, alimentos procesados y sal; la falta de ejercicio físico y llevar una vida sedentaria; y el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas.
Más allá de factores de riesgo que forman parte de nuestra conducta, existen otros como el estrés, la edad, la alta presión arterial o los antecedentes familiares que incrementan el riesgo de sufrir un ataque al corazón.